Tras su restauración, la boiserie de roble del salón luce espectacular. Lo envuelve con calidez y elegancia y destaca sobre las tapicerías crudas, los ventanales y techos en blanco roto y las paredes en gris verdoso. La interiorista Belén Campos, de BCA Interiors, no dudó en realzar el estilo clásico de este piso. Y lo combinó con la distribución actual que necesitaban sus nuevos propietarios, una familia de cinco personas.
De aire parisino
“Se enamoraron del aire parisino del piso, con techos y ventanales muy altos y las paredes forradas de madera – explica–. Estaba casi negra y la decapé en su tono natural. También restauré los ventanales originales y les puse nuevas manillas y cristales con cámara” para impedir que el frío se colara por las ventanas. La complicada distribución original requirió una profunda reforma.
“Había muchas salitas de recibir, un solo baño y un aseo. Con el constructor Manuel Vega conseguimos una gran zona de día, tres dormitorios amplios con baño y un cuarto de juegos. Y completamos la cocina con un office y un lavadero”. Ahora, este piso, en la primera planta de un edificio clásico de Barcelona, une comodidad y elegancia.
Preparado para cinco personas
“Tenía que ser práctico para una familia numerosa. Adapté los sofás que tenían, añadí baldas de acero para libros a la boisserie y en el comedor diseñé un gran mueble para guardar la vajilla. Lacado en gris antracita, con puertas correderas y baldas grises, hace destacar las piezas en blanco y le da mucha perspectiva”. Para reforzar su aire clásico y “algo parisino” añadió una lámpara de cristal y sillas de estilo escandinavo en contraste. Y en la cocina, un suelo de damero, un papel de estilo retro y un pupitre y sillas de colegio vintage en el office. El juego de claroscuros fue clave, con el gris como base, del gris verdoso al antracita.
En el dormitorio infantil el contraste continúa en la pared de pizarra y la litera blanca. Y en el principal, en la pared gris que enmarca el cabecero crudo con capitoné. La ropa de cama se eligió en crudo y negro, con estampados franceses, cuadros vichy y el toile de Jouy. Todo enmarcado por un parquet de roble “colocado en espiga, como los de antes”.
Merece la pena que te des un paseo por toda esta casa en esta galería de imágenes. Pues no solo está restaurada con muchísimo estilo, sino que además la decoración le da una personalidad única. Nos encanta cómo mezcla el suelo de damero con el papel pintado en la cocina o cómo consigue que la boiserie del salón no impida que el espacio se vea muy luminoso.