Con espacios luminosos y bien comunicados en los que poder desconectar y con el mismo estilo que la revista El Mueble. Estos eran los sueños que perseguían los nuevos propietarios de este piso del ensanche barcelonés. Y lo lograron después de una reforma imaginativa. “Lo transformamos totalmente –nos cuentan Yolanda Martínez y José A. Herrero, del estudio Une Proyectos, responsables de la rehabilitación– porque conservaba la estructura de otra época, con un largo pasillo y habitaciones oscuras”.
El resultado ha sido espectacular: una gran zona de día, con salón, comedor y cocina que se comunican a través de puertas correderas, un distribuidor que multiplica el espacio y la luz de los ventanales en esquina. “Al mismo tiempo que abríamos espacios, conservamos los elementos arquitectónicos originales porque esta casa es patrimonio artístico. La tarea no fue fácil ya que tuvimos que restaurar molduras o conservar los dibujos de los cuarterones”.
Pero el principal deseo de los propietarios para transformar su nueva casa fue que en ella se respirase el estilo de El Mueble. “Así que vuestra revista ha sido nuestra fuente de inspiración para elegir tonos, materiales y texturas y conseguir un estilo de vida confortable”. De esta forma las paredes se pintaron de gris claro, los suelos se vistieron con roble envejecido o las cortinas de lino se remataron con grecas.
Un último deseo de los propietarios fue crear un despacho para videoconferencias en su dormitorio, pero dejando clara una cosa: “No queremos que se vea la mesa desde la cama, para que no nos recuerde el trabajo”. Así que la mesa se esconde tras un tabique... Y es que esta casa parece seguir una única norma: “Ante todo mucha calma”.