Encontrar un piso lo suficientemente amplio, luminoso y bien ubicado para una joven familia numerosa, con cuatro hijos de entre diez y cuatro años, no fue tarea fácil. Finalmente descubrieron este piso de la zona alta de Barcelona, espacioso, con buenas vistas y con jardín con piscina perfecto para tener entretenida a la tropa en verano. “A los propietarios la distribución no les encajaba al principio, pero intuyeron que tras una reforma bien planificada sería el lugar ideal para ver crecer a sus hijos”, nos apunta Laura Masiques Jardí, de Estudio Jardí. Ella logró darle una nueva vida.
Juntos pero no revueltos
“El objetivo principal fue facilitar que padres e hijos tuvieran tanto espacios propios como compartidos, pero gozando siempre de total independencia”. De esta forma se creó una sala de juegos con televisión que, a su vez, actúa como distribuidor y está comunicada con el salón, facilitando que los padres reciban allí a sus visitas sin intromisiones y que, cuando así lo deseen, puedan compartir este espacio con sus hijos.
Se eliminaron pasillos, para aprovechar al 100% el espacio disponible, y la biblioteca pasó a ser el comedor familiar. La habitación principal se distribuyó tipo suite, con vestidor, baño propio y terraza, y se dispusieron dos habitaciones más para que los hijos mayores tuvieran su espacio propio. Y aún quedaron metros para un cuarto dormitorio, también con baño, para las dos pequeñas.
Colorista y afrancesado
El estilo afrancesado se consiguió combinando azulones, rosas y morados pálidos, muebles clásicos y tejidos naturales, con acabados decapados y maderas de roble enceradas. En el dormitorio principal sobresale el delicado papel japonés que reviste las paredes y armoniza con los tonos de las tapicerías. Pero lo que realmente destaca, añade Laura Masiques, es que “cada pieza de mobiliario queda envuelta por un marco de color que le da una personalidad única. ¡Y por supuesto todo hace juego con el refrescante tono verde de la piscina!”.