"Sus dueños desde un primer momento tenían muy claro que querían un lugar acogedor con colores que no fueran fríos o los típicos marineros. A ellos les encantan los verdes y los tonos oscuros, algo con lo que no suelo encontrarme", nos comenta el interiorista Roger Bellera, de RBR Interiorisme.
El simple hecho de que le hayan dejado experimentar con todo lo que él quisiera se nota, y mucho, en este piso ubicado en la gerundense Costa Brava. Sin lugar a duda, estamos ante una vivienda rebosante de personalidad que no se parece en nada a las típicas que podemos encontrar cerca de una playa. En la diferencia está su encanto.
"No hemos tirado ningún tabique. Los espacios son muy justos y no hemos intentado hacer una distribución nueva, porque la verdad es que no hubiésemos ganado nada con una obra", remarca Roger. Esto último le ha permitido centrarse en exclusiva en el mobiliario, en lo que más se ha invertido.
Más allá de la cocina con isla abierta (cuya carpintería, hecha a medida, es verde provenzal), caben destacar las mesas del comedor y el salón. Su madera natural envejecida parece de anticuario, pero en realidad no lo son: proceden de la 'concept store' de Luzio. "Busqué ese look a propósito. Quería que fuesen cálidas y contrastaran con las paredes lacadas", apostilla el interiorista.
En concreto, de la mesa del comedor, nos explica una anécdota muy divertida: "El mayor reto de esta reforma fue subir la mesa de tres metros y medio. Tuvimos que recurrir a un camión grúa porque era imposible". El esfuerzo valió la pena.
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