¿Por dónde empezó el cambio? Por potenciar y aprovechar la terraza que rodea toda la casa. ¿Cómo? Pensándola como una extensión del interior. Acondicionaron el suelo con madera de pino y diseñaron zonas para diferentes usos, sacando provecho de que la mayoría de estancias tienen acceso al exterior.
Es decir, en la parte del jardín que comunica con la cocina han colocado un comedor. En la que comunica con el salón, unas butacas. En la de la biblioteca, un porche y unos sofás para leer. En la de la habitación, unas tumbonas para descansar y una ducha exterior. Es una terraza para todo el año. “¡Y aún falta una cocina de exterior, con su barbacoa!”, promete Ana.
Butacas de ratán de El Corte Inglés. Alfombra de Coton et Bois. Cojines de Maison de Vacances, en La Maison.