Aquí no vale ni el color del año ni las nuevas tendencias en decoración. En esta casa lo que funcionan son los materiales naturales, los colores claros y la luz de la Costa del Sol. Si buscamos su leitmotiv (recordemos: “motivo central o asunto que se repite, especialmente de una obra literaria o cinematográfica”, como explica la academia de la lengua) está clarísimo. Son dos: descanso y bienestar.
“Esta vivienda fue creada por y para ellos, cada decisión que tomamos estaba encaminada a lograr este objetivo”, explica (contundente) Gonzalo García, el interiorista que se ocupó de la decoración de este cortijo del exclusivo Marbella Club, un lugar donde, a ojos voyeur como los nuestros, parece que siempre fueran vacaciones.
El comedor se encuentra en un mirador junto a los ventanales que dan al jardín. A ambos lados, dos porches acogen un comedor exterior y una amplia zona de estar. Solo estos detalles sirven para hacernos una idea de hasta qué punto la casa, obra del arquitecto César de Leyva, vive volcada al exterior, abierta al sol y al bosque mediterráneo con elementos tropicales que la rodean.
Dentro, “la paleta de colores es muy suave y los muebles, de madera teñida con un velo blanco, casi ‘desaparecen’, abrazados por una atmósfera clara que completan el suelo de piedra natural y las paredes con acabado de estuco”, comentan.
El mobiliario es una selección equilibrada de piezas contemporáneas, como la mesa de centro y la del comedor, con banquetas en lugar de sillas, y también clásicas, como las butacas lacadas en blanco y tapizadas en crudo. Lo que en las revistas de decoración solemos llamar atemporal. “Las alfombras son dhurries tradicionales hechos en la India con telares artesanos. Los detalles de color y los estampados los reservamos para los cojines” (siempre a juego con las flores), señala Gonzalo.
"Las alfombras son dhurries tradicionales hechos en la India con telares artesanos."
Y para elementos puntuales como los azulejos sevillanos hechos a mano que recorren el antepecho de la cocina, equipada con muebles de madera lacados en gris claro. Son de un intenso color azul, como el mar que se siente, a través de los pinos, a pocos metros de la casa.
“Quise subrayar esta presencia con los accesorios de la decoración, como las esculturas de coral de resina, estrellas de mar y las formas orgánicas de los jarrones. En todos mis proyectos, y en este en especial, me gusta usar materiales naturales”. Eso lo vemos, por ejemplo, en el dormitorio principal: rafia teñida de blanco en el cabecero, lana en la alfombra india, madera en los muebles, piedra en el suelo... y algodón en las cortinas que visten las ventanas y el dosel. ¿Cómo definir el estilo? ¿Atemporal? “Elegancia sin modas”, remata Gonzalo.