“Viste vulgar y verán el vestido, viste elegante y verán a la mujer”, dijo la célebre Coco Chanel. Y qué razón tenía: elegir un buen vestido es la clave del éxito. Da igual si de lo que estamos hablando es de una persona... o de una casa. La arquitecta Clara de Castro lo tuvo claro, y se aferró a esta máxima para conseguir rejuvenecer esta vivienda de Pozuelo de Alarcón, un acomodado vecindario de Madrid. No cambió nada de la estructura. Sólo le “lavó la cara” y le confeccionó un traje nuevo.
“La casa, que tiene unos 40 años, contaba con una base estupenda, aunque era algo fría y oscura. Con la propietaria respetamos su esencia y la actualizamos y alegramos con colores suaves, papeles pintados y revestimientos artesanales que a ella tanto le gustan, sobre una base sobria”, explica la arquitecta. Un acertado cambio de estilo.
Las losetas de barro en espiga han desterrado a las antiguas baldosas granate y la dura grava del porche. Las puertas mallorquinas se han iluminado en gris verdoso y los pilares de acero en un verde agua “que se mimetiza con el jardín. Como son una familia numerosa y a la propietaria le gusta mucho tener invitados en casa, pusimos una mesa y un sofá grandes” que hacen muy cómodas las comidas y las sobremesas.
En el salón, el color topo de las paredes, de la marca de pinturas Farrow & Ball, contrasta con el tono miel de la tarima original de pino melis, lijada y avivada con un barniz ecológico. Los cerramientos, también originales, se han lacado. “Son de calidad y dan la sensación de una casa vivida”.
La escalera luce un baldosas hidráulicas hexagonales. “Le otorgan calidez, es el centro de la casa. La dejamos diáfana, comunicamos el office con el comedor con una puerta acristalada y la abrimos al jardín”. Para el dormitorio infantil no tuvieron miedo a mezclar (“Es lo que se lleva”, diría un blogger de moda, ¿o no?): eligieron cuadros vichy, flores y cabeceros con capitoné. Como en toda la vivienda, toques en verde agua y los lacados en blanco refrescan el estilo. Pero aquí, el verde se combina con un tono coral muy alegre. Y el resultado final demuestra que puedes combinar muchos estampados distintos (cuadros, flores, rayas...) siempre que tengan los mismos colores.
En el dormitorio principal son las rayas y los nuevos armarios con molduras, pintados en gris verdoso, los que aportan calidez. “Lacamos los armarios empotrados y añadimos tiradores acabados en bronce, como si ya estuvieran. El papel pintado puede cambiar por completo una casa. Darle estilo, elegancia y realzarla”. Coco Chanel no lo hubiera dicho mejor.