Abres la ventana y... ¡pam! Se abre ante ti el inmenso mar Mediterráneo. Inspiras con fuerza y el aire de la brisa marina invade tus pulmones. Entonces, suena el despertador. Lo que para muchos es un sueño, Susana lo vive en su casa de Mallorca, una antigua vivienda de pescadores que ha transformado en un hogar actual. ¿Sabes cuando todo parece casualidad y sale bien? Son los mejores momentos y para Susana y su familia fue así: les apetecía una casa en la playa para los veranos, ¡largos y gustosos en Mallorca! “Estábamos de viaje con unos amigos y se habían comprado una casa. Los llamaron para ofrecerles esta, pero ya habían comprado. Entonces nos miramos y dijimos ¿y si la cogemos nosotros? Se tenían que dar muchas cosas, ¡pero se dieron! En 10 días era nuestra”, nos cuenta.
“Era una casa antigua, de pescadores, y estaba en muy mal estado. La renovamos entera. Solo conservamos la fachada”, nos cuenta la interiorista Catalina Socias (de Catalina Socias by Cassai), que se ocupó del proyecto, y el del restaurante en los bajos de la casa, Cassai Beach House, ¡100% look mediterráneo! “Abajo se abrió el restaurante. Y arriba, quedaba la casa antigua. El plano del arquitecto permitía ampliar, así que se hizo otra planta. Decidimos que la casa fuera toda blanca, luminosa, marinera, muy mediterránea... La madera le da ese toque de pescadores. Me inspiré en la isla de Cabrera, un parque natural de las Baleares al que sólo se puede llegar en barco. Allí hay una cantina de pescadores, muy sencilla, de siempre, y quise reflejar ese ambiente”, explica.

Salón, cocina y comedor dejan clara la apuesta por blanco y azul, muy playera, “la cocina está integrada, ¡casi no la ves! Pusimos todo blanco y empotrado, con una barra de desayunos y para cocinar es muy cómoda. La pared forrada con lamas de madera reproduce esa idea de restaurante de playa”.
Con las vistas, ¡es como seguir en la playa! El salón mira al mar y nos parece lo más natural del mundo. “Primero yo tenía otra idea, pero cuando pusimos los muebles no me gustó. Preferí que la casa mirara totalmente al mar. Las ventanas son cristaleras que se pueden abrir y cerrar, ¡como en un porche! Las noches de verano pueden abrirse totalmente y es como estar en la playa”.
En el dormitorio principal también manda el mar. “La cama con dosel la puse por cambiar y no recurrir a la típica cama pegada a la pared. Blanca, y con el ventilador antiguo, tiene un aire colonial y natural, reforzado por la alfombra de fibras. Todo invita al relax de vacaciones”. Y eso, justo eso, es lo que querían.
El cuarto de los niños, con una litera muy 'camarote de barco' también tiene ese aire marítimo que invade la casa. Los pequeños grumetes están encantados con su habitación con vistas al mar. ¡Es com si navegaran!
Con aire a casita de pescador
Para un estilo 'casa de pescadores', lo que siempre fue, una solución sencilla ha sido forrar las paredes con lamas de madera, ¡hasta en el baño! Blancas, dan luz y en el caso de ciertos cuartos, como el aseo, ayudan a que se vean más grandes. Los espacios se han aprovechado al máximo, ampliándolos con grandes ventanales que desdibujan las fronteras hasta el horizonte, con espejos dobles y el mix de blanco y azul. Las piezas de mobiliario y las lámparas escogidas refuerzan el look marinero de todo el proyecto.
Esta casa mallorquina tiene muchas ideas marineras que inspiran.