Una familia con tres hijos es, oficialmente y en la práctica, una familia numerosa. ¿Qué significa eso? En lo que a nosotros respecta, que toda casa, sea del tamaño que sea, se te quedará siempre pequeña. Y que, o te pones las pilas con el orden, o tu hogar, por muy grande que lo veas, puede llegar a ser un inconveniente (sí, sí, no es que vayamos de quejicas, es así): desorden, mucho que limpiar, no parar nunca de llevar cosas de un sitio a otro... ¿seguimos? Por eso, los dueños de este piso decidieron tomar cartas en el asunto y optar por una vida con más zonas útiles, más orden, y espacios bien aprovechados para todos sus miembros (un punto muy importante).
Menos peleas con los hijos, más paz social: una vida mejor, a fin de cuentas.
A favor tenían un piso amplio y luminoso, con grandes ventanales por donde se vislumbra el verde de los árboles (eso siempre ayuda). Para motivar la ansiada armonía en el hogar, “intentamos que cada uno de los hijos tuviera un espacio que pudiera personalizar y, a la vez, crear un entorno acogedor para compartir en familia”, comenta Irma Aleu, la artífice de la reforma junto a Rosa Viñets, ambas de AleuViñets Arquitectes.
Cierto es que, hoy por hoy, la casa no tiene ni un solo rincón desaprovechado. Y es que “estudiar el espacio para crear zonas polivalentes y útiles fue, en gran parte, la finalidad de la reforma”, explica Irma.
¿A qué soluciones se llegaron para sacar partido al espacio? La cocina, por ejemplo, perdió su office, pero el comedor consiguió un lugar propio donde antes había un distribuidor tan grande que tenía poco sentido. El salón, por su parte, ganó tres nuevos espacios: un rincón de lectura (importante para una familia con hijos), un despacho para trabajar en casa y una librería con zona de estudio. Tres lujos muy necesarios en una vivienda contemporánea.
Las habitaciones ampliaron metros para poder ganar espacio de almacenaje –el dormitorio principal, por ejemplo, cuenta con un completo vestidor abierto– y baños. Armarios, cabeceros, estanterías, mesas auxiliares... Todos se hicieron a medida, por eso encajan en las estancias y las hacen más prácticas. Aunque también se recurrió a alguna pieza recuperada para dar personalidad a las estancias, como una butaca y reposapiés antiguos en la zona de lectura, o una banqueta vintage en el dormitorio.
¿Y los colores? Blanco y gris son los protagonistas: blanco en las paredes con ventana, gris en algunas paredes escogidas, como la del cabecero del dormitorio principal, para hacerlo más acogedor. Ahora sí que podemos decir que en esta casa llueve a gusto de todos.