A nuestra estilista Gaby Conde no le gusta andarse por las ramas. Así, cuando le pedimos que nos diera las claves que guiaron la decoración de su casa, lo hizo con cuatro palabras: “Mucha imaginación, poco dinero”. Y es cierto. Imaginación no le falta a su piso barcelonés, donde Gaby y su familia se instalaron hace cuatro años.
“No hacía falta hacer obras importantes, lo que sí hice fue un trabajo considerable de pintura. Utilicé el verde para paredes e incluso techos, dejando en blanco marcos, molduras y zócalos. Me gusta el efecto envolvente del techo pintado igual que las paredes”.
La casa tiene dos zonas de estar, una más formal con un sofá y una chaise longue, y otra, un desenfadado chill out. “Ahora el salón está vestido ‘de verano’ pero con el frío cambio las alfombras y los cojines violetas y verdes por otros granate y naranja. Me gusta adaptar la decoración al paso de las estaciones”, comenta.
“Cuidé mucho los complementos como las persianas para graduar la luz, los espejos que agrandan el espacio o las lámparas; me gustan las arañas y las pongo más bajas de lo normal para acercar la luz”. Junto al sofá vemos uno de los rincones preferidos de Gaby, donde le gusta crear conjuntos heterogéneos con objetos personales: “Mezclé una lámpara de mercadillo con pantallas de colores, una jaula antigua con velas en su interior, una flexo actual y un jarrón con flores”.
¡Flores! Son una las debilidades de Gaby. “Es cierto. Me encantan, nunca faltan ramos de flores frescas en mi casa. Mis preferidas son los tulipanes y las rosas antiguas. Y no solo me gustan las naturales, elijo motivos florales también para las tapicerías de los cojines y los papeles pintados de la pared, como en mi dormitorio”.
El mobiliario es una combinación muy equilibrada de muebles nuevos, piezas de herencia, compradas en mercadillos, e incluso recuperadas de la calle: “Siempre estoy atenta y no dejo pasar la oportunidad de dar una nueva vida a cualquier objeto”. Como la cama de su hija Gabriela, de 18 años: “Era la de mi madre cuando era pequeña”.