Dulce. Pero también blanca, serena, ligera, transparente... Es la Navidad en la ciudad, con detalles muy naturales y velas, muchas velas, para iluminar nuestros deseos.
Mágica Navidad... a la luz de las velas
Transparencias. La Navidad no tiene que ser siempre brillante, roja o verde. A veces, jugar con adornos muy ligeros puede dar un resultado muy natural. Elena Jiménez, decoradora, apuesta por unas fiestas muy sutiles: “Me gusta que la Navidad sea serena, ligera y transparente... Por eso, sobre una base de decoración en blanco, juego con la transparencia del cristal en cintas, bolas y cubos para velones, pero también con la calidez de unas velas y con el verde natural de un abeto, unas guirnaldas o unas coronas”.
Blanca Navidad: luminosa y ligera
Los otros adornos. “A veces no es necesario recurrir al adorno típicamente navideño. Por ejemplo, unas peanas con rosas frescas y un par de candeleros pueden dar un toque festivo a la mesa, al igual que unas fundas de lino blanco en las sillas del comedor. Por otro lado, un jarrón con ramas de tilo puede poner el toque de verde “abeto” en un rincón, o unos velones grandes en el suelo pueden dar ese aire cálido y acogedor tan típico de estas fiestas al salón comedor”, apunta Elena Jiménez. Si a esto le añades un abeto... la Navidad está completa.