Dividieron en dos una casa enorme... Y salieron ganando con este piso moderno y acogedor (y una pequeña cocina abierta)

Pegados a la cocina, el salón y comedor son uno: “La zona de día es un espacio diáfano al que quisimos dar un aire elegante, pero también cálido y natural. De ahí que apostásemos por un parqué de roble en espiga, molduras en las paredes y una paleta de color a base de blanco, beige y topo”, explica Anna.

Pasamos a la cocina y nos llama la atención la ventana en la zona del fregadero. “La abrimos para comunicar visualmente la cocina con la sala de música que hay al otro lado. La luz fluye sin problemas”, reconoce la arquitecta. Con ese marco de madera y un papel pintado con motivos vegetales hicieron acogedora una cocina por lo demás moderna, con el mobiliario liso y de líneas rectas.

En lugar de desperdiciar los metros del pasillo, se optó por un socorrido espacio de lavandería. “A los propietarios les preocupaba tener un lavadero cómodo”, explica Anna Esquirol. “Para integrar el lavadero mezclamos fresno y ratán. Lo bueno de las puertas es que, al ser traslúcidas, ventilan y disimulan el interior de los armarios”.

El lavadero mide 392 x 82 x 265 cm y cuenta con todo lo necesario: lavadora, secadora, equipo de aerotermia, altillo, una barra para tender la ropa y un doble cajón: sirve para guardar la ropa sucia y el cajón interior para organizar trapos y esponjas.

Por un pasillo con un enorme armario
de fresno y ratán, a semejanza
del que hemos visto en el
salón, se accede al dormitorio principal.El cabecero a rayas y. Por si fuera poco, ¡cuenta con otro armario al lado de la cama! Dividieron el piso, pero no desperdiciaron ni un centímetro.

El baño con suelo en tartán, grifería negra integrada y un mueble alargado hecho a medida por los arquitectos le dan un estilo atemporal al cuarto de baño del dormitorio principal.

“En el cuarto de las niñas también decoramos con papel pintado. Esta vez para dulcificar los frentes de los armarios”, explica Anna.

Aunque en este doble cuarto el gran acierto fueron las puertas correderas, que recuperaron del piso original. “Los propietarios querían que cada una tuviese su dormitorio, pero que los pudieran unir cuando quisieran. Esta solución nos pareció estupenda”.