El embarazo de Pol hizo que Raúl y Elia se pusieran manos a la obra: querían encontrar la casa ideal para vivir los cuatro. ¿Los cuatro? ¡Sí! Ellos tres y su inseparable perro, Walter. Tras dar muchas vueltas, el destino quiso que encontraran esta casa cuya baldosa hidráulica y la luz que tiene hizo que se decidieran sin duda alguna. ¡Ah! Y un detalle curioso... la casa se encuentra en el mismo edificio que vio nacer a la abuela de Elia. ¿Destino o casualidad?