Con dos niñas pequeñas, esta familia tenía muy claro lo que quería: "una casa para vivirla", con un estilo fresco y cómodo. Dicho y hecho. Las decoradoras de Kenay apostaron por el azul en el salón y, de ahí, el resto. Ricas texturas, tonos tierra en el dormitorio principal, un poco de rosa en el dormitorio de las peques... y guiños transformados en adorables detalles.
Parece que ha sonado el timbre: la familia ya está aquí para ver cómo ha quedado la casa. Al abrir, su expresión lo dice todo: ¡les encanta! Se nota que este trabajo se ha hecho con muchas ganas y todavía más ilusión.