"La cocina estaba cerrada, y la abrimos con una puerta corredera de cristal para que hubiera contacto visual con el salón. Y es que, al hacer la reforma, nos planteamos que los pisos completamente diáfanos, por muy bonitos que sean, no permiten la intimidad. Por eso, preferimos mantener la separación, abriendo, eso sí, "ventanas interiores"", nos explica Emma, de Egue y Seta.
El cerramiento de la cocina deja pasar la luz y amplía visualmente las estancias. Ha sido realizado a medida por Disseny9 Evo.