Todos tenemos derecho a los cambios. ¿O es que alguien se peina igual desde los 15 años? Algunos sí, es verdad. Pero también lo es que si te apetece probar otras maneras de vestir, de comer... ¿por qué no de estilo decorativo? Sobre todo si estás en un momento vital como María: amplías la familia y has aprendido ya, de verdad, qué te apetece en casa.
“Venía de una casa muy moderna, pero muy fría, con todo en blanco y negro, y ahora me apetecía calidez”, nos cuenta esta madrileña. “No quería un look súper clásico, pero sí un hogar que transmitiera calidez y serenidad, ¡estaba cansada de lo moderno! Ahora buscaba algo poco recargado”.
Fueron las interioristas Marta Echevarrieta y Bárbara Crooke, de proyectos Borgia Conti, quienes le echaron una mano para dar los aires serenos que soñaba en su nuevo piso, donde también quería mezclar muebles de diferente procedencia. Siempre con una consigna: suavidad. “Me apetecía mucho poner toques de verde agua, como los sofás o el verde del recibidor, cambiar un poquito. A las interioristas les enseñé cosas que vi en Nueva York como inspiración”, nos sopla María.
“En el salón, optamos por paredes blancas. María quería colores cálidos y muebles de madera, que fuera acogedor, todo lo contrario que su antigua casa. Además de los sofás en verde agua, al aparador de detrás del comedor le pusimos una línea en rosa, algo suave, delicado y, encima, las pantallas de las lámparas también van en verde y en rosa”, dicen las interioristas, justo una mezcla que ¡también nos chifla en El Mueble!
El recibidor es de esos puntos de la casa que llama la atención, ¡qué bonito! “Pusimos un mueble chino antiguo, de 140 años, un buen contraste con las lámparas y los espejos. Elegimos esa lámpara grande de araña, puesto que María se empeñó en algo clásico”.

La nueva vida de un piso antiguo
En la cocina vemos más mezclas que funcionan. “La pared de ladrillo visto ya estaba. Creamos un office con sillas y mesas más modernas y pusimos una puerta antigua de la casa como decoración. A su lado, los muebles y el vajillero de estilo provenzal generan un buen contraste con el punto industrial del ladrillo... y ponen el toque dulce”. María puede estar contenta. Si su casa anterior era fría, ahora ¡ha conseguido el cambio total de look!