Mallorca suena a playa y a los imponentes acantilados que crea la sierra de Tramontana al encontrarse con el mar. Pero esta isla esconde, también, rincones interiores, como el que hoy visitamos, no muy lejos de Palma pero a salvo de todo bullicio. Se trata de una antigua casa rural vestida de piedra de marés y rodeada de cipreses y naranjos. De su decoración se encargaron Olga Ferrer e Irene Barceló, de Kühn & Partner.
Si algo llama la atención desde el jardín, son los arcos. Y es que entre tanta línea recta sus curvas hacen que resulten incluso más interesantes. Antes de la reforma en invierno nadie pisaba este corredor. ¡Una lástima! Por eso el arquitecto Roberto Lorenzo tuvo claro que el punto de partida de la renovación sería acristalar los arcos para aprovechar este espacio y convertirlo en una zona de estar acogedora, apta para todo el año y con vistas al jardín.
¿Has visto las vigas? ¡Qué bien queda la madera con la pared de piedra! Esto es el auténtico rústico. En este salón la mezcla de muebles clásicos y recuperados con otras piezas más informales, como los dos pufs colocados frente al sofá, hace que la elegancia no esté reñida con un toque más relajado.
El comedor, que comparte espacio con la cocina, guarda un secreto: su espacio formaba parte del porche y conserva el cañizo en las vigas del techo, en un intento de no olvidar sus orígenes. Este espacio se cerró con cristal, pero cuando llega el buen tiempo la puerta plegable prácticamente desaparece y vuelve a unir interior y exterior, como en antaño. La cocina distribuida en forma lineal sorprende por la línea moderna de sus muebles. Pero la intención está clara: dejar protagonismo al techo a dos aguas, las vigas, el cañizo y la piedra de la pared.
En el dormitorio, cada detalle está pensado para atrapar la luz y enfatizar su amplitud. "Una cama estándar nos parecía demasiado poco para este dormitorio, pero una con dosel se hubiera comido mucho espacio y claridad", comenta la interiorista. Por eso decidieron decantarse por un punto intermedio: una cama con postes en el piecero que solo insinuan el dosel. El cabecero de madera sostiene las mesitas de noche voladas.
En el baño se han conservado las bovedillas originales. El revestimiento y el mueble que envuelve la bañera se han realizado con microcemento, un material de poco espesor y muy resistente.