Después de haber pasado toda la vida veraneando en la zona de Comillas, la propietaria de esta casa y su marido buscaron una parcela y, con mucha ilusión y esfuerzo, diseñaron la casa de sus sueños. Con la ayuda del constructor Agustín Lope Nogalera, afrontaron los problemas propios de construir una casa en un terreno con pendiente y supieron convertirlos en sus aliados. “Lo que parecía un impedimento fue al final lo que logró que la casa tuviera una posición elevada y privilegiada sobre el pueblo, y que gozara de unas vistas maravillosas”, explican.

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El estilo de la casa, rústico pero actual, es una reinterpretación de las casas de la zona, evitando la piedra y dando mucha importancia a la madera, presente en suelos, techos y muebles. Para el exterior se optó por la teca, perfecta para resistir las inclemencias del clima norteño.

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