La interiorista Marta Miquel, con la ayuda de su hermano arquitecto, Javier Miquel, ha transformado una pequeña casita en uno de los hogares con más encanto de la Costa Brava. "Era una finca familiar, había una casa enorme, otra grande y la casita de los guardas. Las grandes se vendieron y estaba pendiente esta de los guardas. Fue la que nos quedamos. Tiene dos plantas, pero solo servía como vivienda la planta de arriba porque la de abajo era un garage y un trastero", comenta. EN EL SALÓN Sofás hechos a medida por Miki Beumala. Cojines procedentes de Filocolore y Carolina Blue. La butaca mostaza es de Crearte. Ni siquiera el precioso porche era como ahora lo vemos. "Donde se encuentra la pérgola había un huerto mal cuidado. Estaba en pendiente, por lo que pusimos muros de contención", comenta. EN LA PÉRGOLA Cortinas de lino de Güell-Lamadrid. Mesas auxiliares modelo Robert de Taller de las Indias. En las butacas, cojines de tela de Expormim. No cabe duda de que el comedor exterior del que dispone es un lugar fantástico para invitar a familiares y amigos. Ese banco en L hecho a medida que aprovecha la esquina siempre está muy concurrido. ¡Y con razón! EN EL COMEDOR EXTERIOR Los sillones de ratán y con fundas de algodón son el modelo Mundo de Taller de las Indias. Todos los cojines, al igual que los platos y el bol, son de Carolina Blue. Mantel y servilletas de Filocolore. La distribución actual es completamente distinta de la original. Sin ir más lejos, la planta baja se ha reconvertido en un diáfano salón y comedor, y el trastero ha dado paso a la cocina. EN EL SALÓN-COMEDOR Lámparas diseño de Henri Bursztyn, en Banni. Sillas del comedor de Taller de las Indias. Estantería diseño de Marta Miquel Interiorismo. "En toda esta planta aposté por microcemento para los suelos, es diáfano y liso. Como era un garaje, no había mucha altura y con este revestimiento se ve más grande", destaca Marta Miquel. EL COMEDOR Lámparas de techo de Henri Bursztyn para Banni. Alfombra de fibra de coco de Pere Batlle. Manteles de Filocolore. Cuadro de Manolo Ballesteros. A diferencia de en el salón-comedor, en la escalera y la planta superior recurrieron a un suelo de parqué. Este contraste encaja perfectamente con el espíritu de la casa. La cocina de madera resulta muy acogedora y decorativa. También cuenta con unos prácticos cajones anchos y con muchísima capacidad. "En esta estancia dejamos vistas unas voltas catalanas que añaden encanto", apostilla la interiorista. EN LA COCINA Muebles de madera de pino blanqueada y sin tiradores hechos a medida por la Fusteria Agustí i Fill. La encimera es de Neolith y la alfombra de Taller de las Indias. La vivienda pecaba de poca luz natural, así que fue necesaria más obra: "También hicimos una serie de nuevas aberturas para ventanales, tanto en la entrada como en el dormitorio principal", remarca. Así fue como, tras mover de sitios unos tabiques, idearon los dormitorios en la planta superior. EL DORMITORIO Ropa de cama, plaid, cojines y fundas de almohada de Filocolore. Espejo redondo de Taller de las Indias. La banqueta es de Carolina Blue. Aunque el estilo es sencillo, como a ella le gusta, el último rincón es muy decorativo. "En el distribuidor pusimos un papel pintado de flores. Es un detalle campestre, a juego con la consola volada a medida. El perchero y la banqueta de tronco ponen el guiño rústico final", explica. EL DISTRIBUIDOR Alfombra y perchero de Taller de las Indias. Consola de hierro y madera de Marta Miquel Interiorismo. Papel pintado de Sanderson. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.