Seguro que los que viven en una gran ciudad han llegado algún día a casa derrotados por un inoportuno atasco, cansados del gris de la polución y soñando con que lleguen las vacaciones. Rafa y Blanca son una pareja que trabaja todos los días en la ciudad y que, al llegar a su piso urbano, fantaseaba con la posibilidad de cambiar el asfalto por el césped. "¿Y si nos vamos a vivir al monte, rodeados de naturaleza, como si tuviéramos nuestra propia casita rural?" Entonces, se decidieron. Sería como estar todo el año de vacaciones, ¡claro que sí! ¿Por qué no?
El verde es lo mejor. Buscaron, hace ya unos años, este terreno y se hicieron una casa. Dicho y hecho. Pero el tiempo pasó y se dieron cuenta de que, muchos días, el hogar de sus sueños se tornaba oscuro y un poco tristón. Oh, oh... ¿Qué podían hacer? Buscar, por ejemplo, a un interiorista como Iñaki Mujika."Me llamaron porque querían que la casa resultara más luminosa y también para dar un toque más relajado a un estilo rústico que era serio", nos cuenta.
Eso de que la casa no se empieza por el tejado no va con Iñaki. El empezó precisamente por ahí, por la cubierta: "Aposté por una buena iluminación, con muchas tiras de leds en el techo". Una buena iluminación cenital es clave para gozar de una luz general agradable y no dejar ni un rincón en penumbra. Aparte, se han dispuesto lámparas de pie y sobremesa en puntos concretos para reforzar la iluminación puntual y crear diferentes ambientes dentro de un mismo espacio.
Segundo paso, el poder del blanco. "Opté por paredes blancas y por muebles claros a juego", confiesa el autor de esta reforma. La cocina rejuvenecida es un buen ejemplo de este enorme cambio. "Su mobiliario es blanco o de maderas naturales, y la dejé abierta, una manera de volverla más contemporánea", apunta Iñaki. Y es que aquí priman los materiales naturales y autóctonos, pero con toques actuales que convierten a esta casa de campo en una residencia habitual luminosa y confortable.
"Los dueños querían un sabor rústico ¡pero con toques actuales!"
Cocina, salón y comedor, por cierto, resultan ahora muy cómodos. Ocupan la misma estancia, pero separados por un murete (el salón y el comedor) y por la isla (el comedor y la cocina). "Es una buena manera de estar todos juntos, a la vez que cada uno tiene su propio espacio cuando quiere". Dicha distribución no resta diafanidad, delimitando a la vez los ambientes por su funcionalidad. También procura circuitos fluidos, haciendo que pasear por la casa sea fácil y placentero, sin renunciar a atmósferas de recogimiento.
El tercer punto clave para este clásico actualizado es su contraste de materiales. La chimenea moderna convive muy bien con el ladrillo pintado, las piedras tradicionales, la madera de las vigas, los suelos de barro, y hasta con el microcemento de los baños. ¡Menudo mix! El resultado no puede ser más atractivo.
¿Y el dormitorio? Amplio, luminoso, con vistas, mantiene muebles con historia, pero acepta y quiere su nueva vida. "Pusimos papel pintado para alegrarlo, una cama grande y otro cabecero. Cambiamos alfombra, cortinas, y aunque conservamos algunos muebles, el toque fresco ¡se nota!", resume Iñaki. Los suelos de barro cocido se actualizan con alfombras lisas en tonos claros. Los muebles de madera desgastada se coronan con lámparas de sobremesa metálicas. Las ventanas con vistas al entorno rural se visten con bohemios tejidos de lino. Todo ello para lograr una combinación ganadora. Ahora sí, la luz y el buen feeling del monte los inunda... cada día. Las nubes se disiparon.
¿Te vienes con nosotros de vacacionescampestres? Solo tienes que hacer clic a la galería de imágenes y se desplegará ante ti una casa rural con tanto encanto que te despertará un sentimiento de envidia ¿sana?