¿Es posible convertir una oficina estrecha, oscura, con dos únicas ventanas, en un piso amplio, cálido y luminoso? La respuesta es sí y la dan la interiorista Emma Masana y el arquitecto Antonio Cortines, que se encargaron de transformarla en un loft con terraza y chill out incluidos. “Era una planta baja muy pequeña y nos pidieron que le diéramos un aire de cabaña, algo masculina”, recuerda Emma.
Ampliar y abrir para ganar luz
Lo primero fue ampliarlo y abrirlo a la luz. Para ello se ganó terreno a la terraza con un cerramiento. Y todavía se creó más sensación de amplitud comunicando salón, comedor, cocina y estudio, que comparten un único ambiente y solo el dormitorio y el baño pueden aislarse con una puerta corredera. Una vez ampliaron los metros, quedaba hacer que el piso fuera también acogedor. “Decidimos subir la madera a las paredes, en vez de pintarlas, y usar el color topo, muy cálido, en textiles, muebles y paredes”, explica la interiorista.
Un mueble para toda la casa
Al apartamento, en una planta baja, se accede desde la misma entrada del edificio. El espacio se distribuye siguiendo un gran mueble central que va escalonándose según las necesidades de cada zona: “Empieza en el salón con una altura de 40 cm, como mueble bajo –explica Cortines–. Luego, sube hasta el techo para integrar la nevera, y al final vuelve a bajar hasta 75 cm para convertirse en la cómoda del vestidor”.
Un único mueble que funciona para ambientes distintos: “En un espacio tan pequeño, tener muebles distintos hubiese sido un repertorio absurdo”, añade. Las puertas, típicas de muebles de cocina, funcionan para toda la casa. El secreto fue pintarlas de negro y elegir muy bien los tiradores. “El negro, aplicado en muebles, hace que las juntas no se vean y todo parece una superficie continua, lo que da sensación de amplitud, al contrario de lo que se cree”, señala el arquitecto.
Dormitorio cálido y gustoso
El dormitorio es la única estancia que puede aislarse. En él la madera sigue creando el efecto cabaña, cobija la cama y se convierte en mesitas. Y a este efecto de abrigo se suman las cortinas, que cubren todas las paredes, llegando al vestidor, donde ocultan los armarios: “Cerrar un armario con cortinas arropa y da calidez”, afirma Cortines. “Y al iluminarlas con leds perimetrales, creas el efecto de estar bajo una lámpara gigante”, añade Masana.