Esta es una casa tan cosmopolita como su propietaria, la interiorista Marta Esteve, que ha vivido en países tan distintos como Argentina, Suiza o México y ha querido tener un pedacito de cada uno de ellos en su piso barcelonés. “Atesoro muebles y objetos traídos de todo el mundo, y también de alguna herencia”, afirma, y con esta fusión ha inventado un espacio único y multifuncional. “Trabajo en casa así que, desde el primer momento, creé un rincón de trabajo, aunque al final acabo trabajando en cualquier parte porque me resulta más práctico”. Una gran terraza recorre el ático por lo que dispone de mucha luz tamizada con estores y cortinas. En las paredes, algunos de sus cuadros, una afición a la que dedica tiempo y pasión. Paredes blancas con un matiz de gris y maderas claras, decapadas o pintadas de blanco, terminan de crear un ambiente fresco y despejado.
Comedor y cocina dos en uno: las mejores ideas
1. Correderas
: Todas las puertas de la casa son correderas. La de la cocina –el único espacio de la casa sin luz natural– se hizo de cristal cuarteado: así aísla y da mayor intimidad a la zona sin cerrar la entrada a la luz del comedor.
2. Isla a cuatro vientos: La isla no solo da servicio como superficie de trabajo a la cocina, también se integra en la zona de despensa e incluso extiende su apoyo logístico al comedor.
3. Multiusos: “Algunos muebles son multifuncionales: la mesa del comedor se utiliza como improvisado escritorio o para que la benjamina haga los deberes. El mueble vajillero permite tenerlo todo ordenado y a la vista”, dice Marta.
4. Recuperados: Pavimentos y azulejos son los originales de la casa. En la cocina se han pintado de gris y sobre el parquet se han colocado alfombras claras que potencian la luminosidad de la que disfrutan todos los rincones.
Juegos de luz: soluciones decorativas
1. Pintura artística: “Pinté las puertas del armario empotrado del dormitorio infantil en blanco, a juego con la cama, para ocultar la recargada moldura original que empequeñecía todo el espacio. Así incluso parece que el armario no está”.
2. Escritorio ligero: Una mesa de madera blanca sobre unos caballetes en un rincón del dormitorio permite disfrutar de una acogedora zona de estudio, que también hace de tocador. Las estanterías a juego casi no ocupan espacio.
3. Cabecero de luz: “Para sumar metros, se me ocurrió la idea de usar una gran ventana como cabecero de la cama. De esta manera actúa como un atractivo lienzo animado que lo inunda todo de luz”, explica.
4. Dosel íntimo: El dosel acota el espacio de la cama y atrapa y refleja la luz del ventanal con sus caídas de tela blanca casi transparente. “Es un recurso garantizado que siempre funciona”, concluye.