El potencial de esta interiorista para mantener organizada la casa haría las delicias de la mismísima Marie Kondo, la gurú japonesa del orden hogareño. No es raro que la dueña de este piso de 75 m2 la siguiera en Instagram, en búsqueda del tip y el consejo perfecto. Así que, un día, cuando esta propietaria se animó a renovar su piso, se decidió a sacarle todo el provecho a cada metro y se atrevió a mantenerlo despejado (gran asunto para los pisos pequeños), no tuvo dudas: Pia Capdevila era su persona. De ella, le gustaban sus diseños de espacios y de muebles, una mezcla de estética y máxima funcionalidad.
La nueva consigna de este hogar fue: todo en orden. Hola, claridad. Adiós, rincones muertos. “Fue un reto, porque a la dueña les gustan los espacios limpios y teníamos que dar uso a cada rincón sin saturarlos. Invertimos la distribución y situamos el salón donde estaba el dormitorio principal, junto a la galería, que tiene mucha luz natural y vistas al parque. Y los dormitorios y los dos baños a la izquierda. Lo diseñamos todo a medida y aprovechamos las paredes para crear muebles con almacenaje que se funden con la arquitectura. La estantería junto al sofá, por ejemplo, aprovecha un pilar estructural y también sirve de mesa auxiliar. Sus focos empotrados dan una luz agradable de noche”, nos cuenta Pia.
En este proceso surgieron la librería de la galería; el armario camuflado del comedor para guardar el menaje con las puertas lacadas en el tono de la pared; la isla de la cocina con zona de aguas, cocción y barra de desayunos; y el frontal de suelo a techo con armarios, electrodomésticos y un módulo de persiana para pequeños aparatos.
Y es que (como Marie Kondo) Pia opina que “una casa organizada transmite calma y ayuda a mantenernos centrados. De ahí también el blanco roto con toques de gris y los diseños sencillos del piso”.
Para añadir calidez a la ecuación, la interiorista eligió un parquet de madera de roble con nudos, y forró con él el interior de las estanterías lacadas de la zona de estar. El papel pintado del comedor, “que imita una puerta antigua, añade volumen, además de delimitarlo. Como el de la suite, más atrevido”.
En la habitación, rayas marineras cubren la pared del cabecero multifunción. Éste ejerce de módulo que separa el dormitorio del vestidor e integra, por la parte de atrás, armarios y cajones. “No llega al techo y deja pasar la luz, como los estores de lino blanco. Es clave en un piso despejado y sereno, como una buena iluminación”. Si Marie Kondo lo viera...