En su defecto, lo llamamos aprovechar espacios. Hasta el más mínimo rincón. Todo vale, pero, por favor, con cierto orden y elegancia (no olvidemos que estamos en una revista de decoración).
En el caso de este dúplex de 70 m2, repartidos además en dos plantas (40 y 30 metros cuadrados respectivamente), se plantearon varios retos. Primero, aprovechar el espacio. Segundo, hacerlo con naturalidad. Tercero, los propietarios deseaban que los ambientes se relacionaran visualmente entre sí. El interiorista Iñaki Mujika fue el depositario del encargo, seguramente, porque los dueños sabían que las suyas son viviendas cálidas y luminosas (“atemporales”, puntualiza Iñaki).
Buena conexión
Uno de los puntos de partida fue abrir una gran ventana acristalada en la pared entre el salón y la cocina. Una decisión que amplía visualmente el espacio. “El efecto es magnífico porque permite prolongar la mirada de una estancia a otra”, afirma Iñaki. Punto para los ambientes relacionados.
Una buena noticia es que el dúplex no tiene problemas de luz natural y que todas las estancias cuentan con vistas al exterior. Pero nunca está de más potenciarla, y ganar puntos para parecer más grande y hacerlo con naturalidad.
En esta línea, la carpintería lacada en blanco, un acabado que refresca y da ligereza, es la misma que el resto de ventanas y puertas. Las paredes se forraron con un papel con efecto de tela, en un tono beige muy suave. “Aposté por una armonía cromática porque, desde el punto de vista anímico, es muy relajante”, dice el interiorista. De ahí que haya pocos contrastes de color en la decoración y que el pavimento y el mobiliario sigan una misma gama.
Los textiles también puntúan a la hora de ganar calidez. Aquí abundan las alfombras e incluso la moqueta en el dormitorio. El mobiliario de obra, como la librería del rincón de lectura, junto a la chimenea, situada a baja altura, o la del cabecero del dormitorio principal, consigue arañar metros y ganar espacio para guardar. Más puntos. “Ambas están construidas en Pladur y revestidas con microcemento”.
Y, de nuevo, por favor, más luz (nunca está de más): se abrieron ventanas hasta el suelo, se utilizaron puertas de cristal y se instaló una iluminación empotrada que se mimetiza con la decoración. Así, de verdad, esta casa pequeña... parece más grande.