Aquí donde la vemos, esta villa era el hogar de una pareja de ancianos. ¡Cuánta vida habrá pasado por ella! La localizamos en un barrio marbellí exclusivo y calmado, pero céntrico y cerca de todo. ¿Los pros? Vistas espectaculares tanto en el interior de la casa como en su jardín (desde el cual puedes vislumbrar la inmensidad del mar Mediterráneo). ¿Los contras? Probablemente ninguno...
“Es muy importante para nosotros crear casas hechas a medida, para que no haya ninguna similar. Aquí quisimos diseñar inspirándonos en los paisajes italianos y crear el último lugar de relax y confort”. Quienes hablan son Hanne Brendmoe y Synne Brendmoe, madre e hija y parte vital de Antima, una compañía familiar dedicada a la construcción y el desarrollo de viviendas.
"Cuando hicimos la renovación fue importante preservar algunos elementos. Conservamos la madera en el techo y los viejos olivos. Nos encantó la idea de combinar estos elementos con una nueva vida en el hogar", nos explican. Por cierto, se la conoce como Villa Rosewood o "palo de rosa", en español... ¡Qué evocador!
¿Y cómo lo hicieron para renovar esta villa y darle una nueva oportunidad? “Lo primero fue tirar las paredes prescindibles. Luego abrimos grandes ventanales para que la luz inundara el espacio y diera vida a los accesorios artesanos -como alfombras, lámparas y piezas de madera- exclusivos de Antima”. Otra clave: texturas y colores. "Combinamos múltiples tejidos en blanco, beige y marrón. Se complementan muy bien y dan calidez".
El resultado, como veis, fue de 10... Nos gustan mucho las nuevas oportunidades.
Trucos de experta
- Sin atiborrar "Siempre: menos es más. Una casa no necesita estar llena para transmitir cosas", apunta la decoradora Synne Brendmoe.
- Ojo a los colores “Es importante que crees una línea en los mismos tonos para todas las piezas… que todas se complementen”. Aquí ese tono fue el blanco.