Estar en casa no significa lo mismo que sentirse en casa. Y esto es un poco lo que le pasó a Elena con su nuevo piso. "Mi casa anterior me gustaba, pero era más fría. Ahora, ¡quería tener ganas de estar en casa!”, nos cuenta.
Por eso al cambiar de piso y empezar con la reforma, a cargo de la interiorista Jeanette Trensig, se abría ante ella y su familia un mundo de posibilidades y de deseos que podían cumplir. Era el momento de conseguir todo lo que siempre había soñado y, sobre todo, lo que le faltaba a la casa anterior.
"Pusimos todo muy clarito, armonioso, con algún toque de color suave y luminoso", explica Jeanette. Y la madera jugó un papel fundamental en la decoración: con una mezcla de maderas blancas y claritas, muy al estilo nórdico. ¿Has visto ya la biblioteca? ¡No te la pierdas en la galería! Es uno de los pocos elementos que sobrevivieron a la reforma. De aire clásico y con molduras, originalmente era de madera oscura, pero decidieron quitar las vitrinas y lacarla. El telón de fondo perfecto para la zona de despacho, que comunica con el salón con unas puertas correderas. Así, abres o cierras según necesites (o te apetezca).
En el dormitorio no todo es nuevo ni recién estrenado. En esta casa también se lleva el reciclaje, pues reutilizaron el cabecero con mesitas de noche antiguo que había en la casa anterior. "De nuevo, optamos por lacarlo, reutilizarlo. Creamos, eso sí, los huequitos para los libros, a modo de repisa. Y las mesillas de madera también las lacamos”, explica la interiorista.