Gracias a la nueva tecnología podemos disfrutar de esta película en color (originalmente era en blanco y negro) y la casa de Audrey Hepburn nos enamora más que en la original. En aquellos años la elegancia era obligatorio en Hollywood. El piso era pequeño pero muy estiloso y tenía detalles que marcan la diferencia, como el teléfono dentro de la maleta. La verdad es que las películas de Woody Allen siempre tienen un toque especial en cuanto a lo decoración y esta con Scarlett Johansson no es ninguna excepción. En la primera película del cineasta en su época londinense nos quedamos con el papel pintado de las paredes y la maravillosa bow window (ventana mirador). Parece que Bella estaba tan pendiente de su amor Edward Cullen que no le prestaba mucha atención a su propia habitación. Y, es que para ser una adolescente, su cuarto es bastante soso. Esperemos que aprendiera de los Cullen, ¡ellos sí que sabían! Esta película siempre nos hace llorar, qué historia más romántica. Pero su loft con el espacio abierto y los pilares ala vista nos dice que, en contra de la creencia popular, los 90 fueron una fuente de inspiración. ¿El mejor truco para zonificar el espacio en un loft? Una gran alfombra, por supuesto. Nos encanta el estilo Hamptons que desprende la casa de esta película protagonizada por Diane Keaton y Jack Nicholson. Mucho blanco, madera, un estar súper acogedor y una cocina práctica y estilosa. Un sueño hecho realidad. La última casa de película que escogeríamos para vivir. La prueba definitiva de que lo barato sale caro. Aunque creemos que al final quedó bastante bien. Pero ver como tu escalera se desmorona o la bañera del primer paso cae hacia el principal es una pesadilla hecha realidad. Por unas semanas Kate Winslet se cambia la casa con Cameron Díaz y de su acogedora casita de campo inglesa se va a esta maravillosa casa en Los Ángeles. Clásica, elegante, atemporal y con una súper piscina y una sala de cine. Una casa de vacaciones con todas las letras. Si quieres inspirarte en la organización de una cocina , deberías echarle un vistazo a la que Catherine Zeta-Jones la tiene en esta película. Y no solo la del restaurante en que trabaja, la de su casa también. En una cocina así se cocina y se come mejor, sin duda. Todos recordamos la icónica casa flotante de Tom Hanks en Lake Union (Seattle). No solo nos conquistó su ubicación tan original, sino también su decoración donde la madera era protagonista. La decoración de la habitación de Anastasia no puede ser más recargada y de poco gusto. Si el objetivo era impresionarnos con su estilo, desde luego que no lo ha conseguido. Nos quedamos con el apartamento de Christian Grey, aunque le faltaría algo de calidez. Kevin no tenía miedo de quedarse en esta casa de dos plantas y no nos extraña, porque estaba lejos de dar miedo. Tenía una escalera de película, una gran cocina, un comedor para familias numerosas y una buhardilla en la que dejarse olvidado a tu hijo. No le faltaba detalle. De ahí que fuera tan jugosa para los ladrones. ¡Cómo nos gustaría vivir en esa región de Italia! Menos mal que Frances al final decidió hacerse con esta casa, ¡fue un acierto total! Eso sí se pasó el verano reformándola que estaba un poco anticuada. Y es que hay reformas que valen la pena . Mucho color, telas recargadas, muebles antiguos... La casa de esta película es todo un homenaje a los años 70. Sin duda, una forma nada aburrida de decorar la casa. Desde luego que no es en la película donde la clase de Sandra Bullock ha resplandecido más. Y es que no hay nada más que ver su habitación que recoge todo el mal gusto de aquella década. Demos gracias que las paredes amarillas ya no se llevan . La típica casa de película americana. Muy acogedora con grandes sofás llenos de cojines, chimenea y un ramo de flores en la mesa auxiliar. Una casa de la que da gusto volver en Acción de gracias. Esta es la casa de Violet cuando se muda a Nueva York. Menudo hogar para triunfar en la música. Su casa era pequeña y su arrendador no la había dejado muy habitable, lo más bonito que tiene es la nevera donde guarda sus ahorros. Con eso lo decimos todo. Que la casa de Scarlett O'Hara y Rhett Butler es una de las más bonitas que hemos visto es un hecho constatado. Y es que Vivien Leigh no solo nos dio unas cuantas lecciones de vida a través de su personaje, sino que también nos enseñó unas cuantas cosas sobre la decoración. Eso sí algo recargada para el siglo XXI. Las casa de las películas de Pedro Almodóvar se convierte, muchas veces, en un personaje más. En el caso de Julieta el despacho tiene un gran escritorio con sobre de cristal y dos librerías a la que les falta un poco de vida (unas plantas no le irían nada mal). Nos encanta eso sí, la pared pintada en verde. Esta casa tienen un gran base pero una decoración de los años 90 que no le favorece nada. Nos gusta la idea de tener un sofá rinconero pero el estampado es demasiado. Lo mismo les pasa a las cortinas o al color anaranjado de las paredes. Le falta una década para que llegue el "menos es más".