Todos tenemos lugares especiales. Esos sitios a los que siempre procuramos volver, que han marcado nuestra vida y nos hacen vibrar. A Silvia y a su familia les encanta Formentera (¡y a quién no!), el paraíso balear que visitan una semana cada verano. Ya es un ritual. Pero también sienten lo mismo por Llafranc, en la Costa Brava, el lugar donde ha veraneado desde siempre el marido de Silvia. Dos destinos que aman por igual. ¿Y qué hicieron cuando surgió la oportunidad de tener la casa de sus sueños? Pues unirlos.

CASAS DE VERANO
Siempre es verano en Cadaqués
“Aquí en la Costa Brava teníamos un terreno y decidimos hacer nuestra propia casa”. Entre otras cosas, así se aseguraban de que Llafranc se convirtiera en un destino especial para sus hijos. Para unir estos dos lugares que conforman su "geografía feliz", Silvia encontró una solución: “Decidí apostar por una decoración y un estilo ibicenco, playero. Y también por materiales y detalles típicos del Empordà”. Voilà! Dos en uno.
"Decidí apostar por una decoración de estilo ibicenco, playero. Y también por materiales y detalles típicos del Empordà."
Durante los tres años que duró la construcción de la casa tuvieron tiempo de pensar (y repensar) en todo. Y, por fin, el verano pasado estrenaron casa: "No estaba acabada. Faltaban los sanitarios y aún entraba y salía gente de la obra. Pero era tal nuestra ansiedad que no quisimos esperar más", recuerda Silvia.
No lo podían creer. Era tal cual la habían soñado e imaginado mil veces en su cabeza. Blanco puro, madera, piedra típica del Empordà... ¡y muchísima frescura! Los cerramientos de madera de iroco y los suelos, de microcemento y mosaico hidráulico, dan personalidad a la casa, sobre todo cuando cambia el blanco por el gris en detalles de la cocina, el baño o el dormitorio. Un sello muy personal.
El lino, por supuesto, es un material estrella. Hay lino en las cortinas, las colchas, los sofás... Y también detalles rústicos que conectan con la tradición local, de la Costa Brava, como el esparto. Lo vemos en el cabecero del dormitorio de su hija, en la butaca de su habitación, en algunas lámparas, pufs... Pero donde más llama la atención este material es en las persianas enrollables de la terraza, muy típicas de este look rústico mediterráneo.
¿El rincón favorito de la familia? Para los tres hijos, la piscina. Para todos, el chill out. Lógico. Ahí las tardes son mágicas. Un sofá de obra en esquina con mil y un cojines, una barbacoa y una enorme mesa de comedor. Está claro que esta casa está hecha para vivir en familia y recibir a montones de amigos. Un punto donde se unirán para siempre Formentera y Llafranc.
Materiales: la clave del nuevo rústico
- Madera: en bruto y pulida. Es la favorita para los muebles y también para los cerramientos como las puertas correderas.
- Microcemento: en blanco crea una base luminosa y limpia, como el de las casas encaladas ibicencas. En gris, adquiere mucha personalidad y queda genial con la madera clara.
- Baldosas hidráulicas: son tendencia en el nuevo estilo rústico. En esta casa las vemos en la cocina.
- Lino: en cortinas, ropa de cama, cojines... El lino es un tejido natural y muy fresco, perfecto para una casa en la costa.