A nadie se le escapa que en El Mueble somos de celebrar, recibir, compartir... cualquier verbo que implique que la casa se llene de risas y de copas brindando. Y es que disfrutamos tanto de la compañía como de todo lo que implica invitar: preparar el menú, vestir la mesa, elegir las flores, pensar un detallito... ¡Nos chifla!
Pero ojo, no es lo mismo que un grupo de amigos venga a casa a mediodía a que sea a la hora de la cena. No, no es lo mismo. Por eso, igual que tú no irías con idéntico dress code a dos eventos tan distintos, la mesa y todo lo que la acompaña tampoco puede hacerlo. Montamos dos fiestas para ti y verás la diferencia.
En modo brunch
Es lo que se lleva. Quedar sobre las 12 para hacer un brunch, a medio camino entre el desayuno y la comida. Queda muy moderno y, además, te permite preparar recetas frías para hacer un bufé. Así todo está cortado en porciones y cada uno sirve lo que le apetece y los anfitriones no estáis yendo y viniendo de la cocina, sino disfrutando del ágape y la compañía.
Una mesa con color
El truco para que no quede demasiado tuti colori es elegir una base clara –no hay nada como dos manteles de lino superpuestos– y que el color lo pongan la vajilla, las copas, las flores... Nosotros hemos apostado por el verde (¡como no!) porque es el color de moda y da un toque alegre y fresco muy favorecedor.
¿Te faltan sillas?
Nada de pedirle a un par de invitados que se traigan las sillas de casa, en el espacio que te ocuparían dos sillas colocas un banco y ¡listos! Multiplicas los asientos, como el milagro de los panes y los peces, y con los mismos cojines que el resto de sillas queda muy estiloso.
¡Que viva la mezcla!
Cuando hay visitas, pero también en tu día a día, saca siempre lo mejor de tu alacena. ¡Nada de guardarlo para Navidad! No te preocupes si no tienes una vajilla completa. Prueba a mezclar platos de una vajilla nueva, otra antigua, otra neutra... mientras tengan una base clara y solo un color que contraste quedará genial. Y lo mismo en las copas. Combina unas transparentes con otras de color, verás que vidilla.
No te olvides de las flores
Pero nada de poner el típico (y tópico) ramos de flores en el centro de la mesa. Con las mismas flores puedes hacer pequeños arreglos y colocarlos en copas y jarrones a lo largo de toda la mesa. Verás como el color se expande por ella, como una mancha de aceite, y los jarroncitos no te molestan a la hora de comer. Y si te sobran flores, prepara unas coronas para decorar las sillas ¡quedan genial!

QUEDAMOS EN MI CASA
Brunch con amigas: la mesa perfecta
Mesa para cuatro
Si la velada es una cena para dos parejas la cosa cambia (y mucho). Para que tu mesa se ponga en modo elegante de un plumazo basta con que la vistas con un mantel oscuro. Lo que en moda sería un LBD (little black dress). En gris marengo o azul oscuro casi negro combinado con unos caminos de mesa crudos será la base perfecta.
Y enciende la luz
Ojo no de la lámpara de techo, sino la luz íntima y casi mágica de las velas. Puedes crear un camino de ellas, combinando velas mini con otras más grandes, y verás como la magia está más que servida. Y si el salón da a la terraza o al patio, una guirnalda de luces se apunta a la fiesta y a la atmósfera envolvente.
Estas sillas son la caña
Las sillas de caña quedan genial en el comedor. Tienen ese punto natural que parece que vienen de la terraza pero ponen un toque muy sofisticado y festivo. Ya sabes que las fibras están de moda. Por eso, acompaña a las sillas con otros elementos de bambú, ratán o mimbre... Son cálidos y artesanos.
Los opuestos se atraen
Y sobre la mesa, deja que las vajillas jueguen al contraste. Si apuestas por el blanco y negro reforzarás el look sofisticado. La mejor compañía para ellos son elementos de madera, lino, y cristal... No compiten entre sí, pero les acompañan y dan la calidez que les falta.
Y rojo pasión
Deja que las flores pongan la nota de color más intensa a la mesa. ¿Fíjate en las flores? Amapolas y francesillas en color rojo pasión recuerdan al carmín de los labios. Un color muy acertado para que dar más glamour a una cena de parejas. Un truco para que las flores estén radiantes a la hora de la cena es ponerlas un minuto en agua caliente y, después, pasarlas a un jarrón con agua fría. ¡Verás como lucen!
Si te has quedado de ver más de cerca todos los detalles de estas dos mesas, no te pierdas su galería. ¡Las tienes todas!