Un dúplex muy relajante en el Mediterráneo: en color arena, blanco y lleno de fibras, ¡espectacular!

La familia propietaria es una pareja de mediana edad con tres hijos que ya conocían su trabajo. Julia decidió usar pintura a la cal y poner el suelo, sin excepciones, de microcemento. ¿El objetivo? Un ambiente agradable, que transmite unidad gracias al uso de ese tono beige arena en todo el dúplex, y que puede disfrutarse en invierno o en verano, solos o en compañía.

El dúplex es ahora muy abierto, con un sofá extra grande, pensado para compartir, de ahí que lo diseñaran en L, mirando hacia el comedor. Según lo vemos ahora, salón, comedor y cocina están abiertos, Y si el lugar del salón y el comedor ya figuraban así en los planos de la obra, la cocina no era como la vemos. La abrieron para colocar una isla justo en el medio. 

"Cuando estás de vacaciones, quieres que la cocina sea un espacio compartido por todos, donde charlas mientras se preparan los platos", justifica Julia. ¡Ojo! Aquí el beige es la apuesta y hasta la nevera lo tiene. 

El lino, el ratán y la madera son tres materiales que sirven para crear ambientes relajados y ligeros. Vemos por ejemplo madera en el salón, las dos mesas son troncos de fresno y la balda donde está la lámpara Cesta también es de fresno. Las lámparas y las sillas del comedor son de ratán y todos los muebles han sido hechos a medida por un artesano, de ahí ese aire natural que han conseguido. Y entre las piezas infalibles, "la lámpara TMM Floor –en la imagen– y la lámpara Cesta, ambas de Santa & Cole, la silla Butterfly y las lámparas de Jieldé son piezas a las que siempre recurro. Son atemporales. No me gusta la moda efímera", relata Julia. 

En el dormitorio, el cabecero nos llama la atención y cuando preguntamos de dónde es, viene la sorpresa: era una alfombra de ratán de Zara Home, que la interiorista convirtió en esta pieza tan especial. La mesita, por cierto, también es un tronco de madera de fresno. 

El dormitorio de los niños cuenta con dos camas con tonos beige acorde con el resto de la decoración. Sin duda, de aquel piso frío y poco apetecible de obra nueva no queda ¡ni rastro!