¿Sabías que se estima que tecleamos, pasamos pantallas y clicamos en nuestros dispositivos móviles o de sobremesa una media de 2.617 veces al día? Estamos consumiendo cinco veces más información que en 1986 y un 40% más que en 2013. Unos datos escalofriantes que recoge la escritora Tanya Goodin en su libro Off. Desintoxicación digital.
¿Nos hemos vueltos esclavos de la tecnología en general y adictos al móvil en concreto? "La digitalización y los dispositivos son un estupendo avance que debe estar a nuestra disposición, y no al revés", apunta la psicóloga Noelia Sancho. "El otro día en un concierto, veía a la gente encender el móvil para hacer fotos y vídeos constantemente. Eso impide disfrutar del concierto en su totalidad. Pero lo que más me sorprendió fue ver a mucha gente en las filas de abajo consultando las redes sociales o el WhatsApp en medio de las canciones", explica Noelia.
Y es que el uso de los smartphones se ha doblado en los últimos tres años, lo que traducido en cifras significa que pasamos una media de tres horas al día frente a la pantalla del teléfono. Ante esta realidad, no es extrañar que proliferen iniciativas como el llamado ‘sabbath’ digital, en el que se toma la costumbre judía de descansar el sábado pero, en este caso, aplicándola a los dispositivos móviles y ordenadores.

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Otra tendencia que tiene al exceso de conexión digital como motor es el minimalismo digital, que se postula como un antídoto a este sobrepeso digital. Los minimalistas digitales no abogan por una desconexión total, pero sí por hacer un uso más racional y comedido de la tecnología.
"La potencia sin control no sirve de nada" rezaba el icónico anuncio de la firma de neumáticos Pirelli que se convirtió en un hit publicitario hace 25 años. Pues bien, ese mismo eslogan podría usarse hoy en día cambiando "potencia" por "tecnología". Sin control, la tecnología más que una herramienta a nuestro servicio se convierte en una muleta.