El veganismo es una filosofía o forma de entender la vida que rechaza cualquier tipo de explotación animal. Y esto incide no solo en cómo es la casa en la que uno vive, sino en lo que comemos, los cosméticos qué usamos (muchos productos estéticos son previamente testados en animales), cómo se compra –mejor productos de proximidad, a granel y minimizar el impacto de los envases de plástico...– o qué tipo de prendas se utiliza para vestirse. Y es que los veganos no solo evitan las pieles, sino también las prendas que están confeccionadas con materiales que proceden de animales, como la lana o la seda.

De hecho, existen numerosas firmas especializadas en moda vegana. No solo sus productos están confeccionados con materiales procedentes del mundo vegetal, sino que el proceso de fabricación es más "ético" y sostenible. Un ejemplo: la marca de calzado eco-sostenible Slowwalk, que se unió con la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada en la temporada primavera-verano 2019 para crear una colección de calzado vegano.
Los puntos de conexión del veganismo con los movimientos eco y slow life son notables, ya que todas estas filosofías buscan un respeto del hombre hacia el medio ambiente y defienden un consumo más sostenible, green y eficiente. Y es que, como decía el filósofo Albert Schweitzer: "No me importa si un animal es capaz de razonar. Solo sé que es capaz de sufrir y por ello lo considero mi prójimo".