CÓMODOS Y FÁCILES DE USAR
En caliente, los saquitos térmicos son útiles en caso de dolores musculares, menstruales, contracturas y tendinitis. En frío, en cambio, alivian las cefaleas, los golpes y los esguinces, además de contribuir a bajar la fiebre.
Pero, ¿con qué podemos elaborarlos?
Los huesos de cereza son uno de los rellenos más usuales debido a su gran capacidad térmica y su pequeño tamaño. Se puede aprovechar la temporada de esta fruta (de mayo a agosto) para hacer acopio. Antes de elaborar los saquitos, los huesos se deben limpiar para eliminar restos, cociéndolos con agua y un poco de vinagre y dejándolos secar al sol.
Para utilizarlo puede calentarse en el microondas. Se pone primero un minuto, se mueven las semillas para que el calor se distribuya bien y se vuelve a calentar un minuto más. Si no está caliente se repite la operación. También se puede calentar en el horno: se envuelve en papel de aluminio y se calienta a 180º C durante 10 minutos.
Para beneficiarse de sus efectos en frío se introduce en el congelador en una bolsa de plástico. Dependiendo del tamaño del cojín, basta tenerlo una hora para enfriarlo bien.
PASTO MIEL
Otra tipo de saquitos es el de pasto miel, una gramínea de Sudamérica que también crece en Europa, donde se denomina heno leñoso. Sus semillas se utilizan en la medicina naturista para rellenar unos saquitos de hilo, que conservan muy bien el calor. Su aplicación local es especialmente útil contra los dolores reumáticos, los cólicos y los producidos por infecciones de orina.
Para calentarlo se introduce en una olla con agua hirviendo, se tapa y se deja reposar diez minutos. Protegiéndose las manos con unos guantes se escurre bien el saquito. A continuación se comprueba su temperatura y se aplica sobre la zona dolorida, siempre que no queme en exceso. El saquito se cubre con un plástico para que conserve el calor y se envuelve con una tela de algodón y con otra de franela o de lana por encima. Se deja actuar 20 minutos, se retira y se enfría la zona con una toalla mojada y escurrida en agua fría.
SAQUITOS DE AROMATERAPIA
Otra opción es usar plantas aromáticas como rellenos. La aromaterapia contribuye a sentirse más activo y sosegado, según las especies elegidas. La lavanda es una de las más populares por su poder calmante y relajante. Hacer un saquito con sus flores y ponerlo debajo de la almohada contribuye a conciliar mejor el sueño, ya que su agradable aroma propicia un estado de relax y descanso. También puede mezclarse con otras plantas aromáticas relajantes, como el lúpulo o el azahar.