Cierra los ojos e imagínate la casa de tus sueños: ventanales grandes por donde entra mucha luz, habitaciones despejadas, limpias y ordenadas, una bonita terraza en la que respirar aire fresco, plantas y flores... ¿Se parece a esta escena? Todo el mundo anhela una casa dónde ser feliz y que sea acogedora. Al fin y al cabo, nuestra casa es nuestro refugio y un fiel reflejo de nuestro interior.
Numerosos estudios demuestran que la decoración que tengamos en nuestra casa influye directamente en nuestro estado de ánimo.
La iluminación, clave
La luz es uno de los factores que más influye en nuestro estado de ánimo. ¿A que no te levantas igual si ves entrar por tu ventana abundantes rayos de sol que si divisas un día nublado? Nuestro comportamiento ante una situación u otra no es el mismo y esto se debe a que la luz natural estimula la producción de serotonina y endorfinas, lo que afecta a nuestro ritmo cardíaco.
Así pues, apuesta siempre por la luz natural, ya que si quedas expuesto mucho tiempo a la luz artificial, aparecerán dolores de cabeza y el nivel de estrés subirá. Por el contrario, los ambientes que cuentan con mucha luz solar incitan a ser más creativos y optimistas.
Los colores y la sensación de bienestar
Además de la luz, otro factor clave para conseguir una casa que empodere es el color de las paredes, suelos, mobiliario y complementos. Los colores inciden directamente en nuestro estado de ánimo, es un hecho. Por eso, los expertos aconsejan cambiar los colores de nuestras estancias cada dos o tres años como mínimo. Tampoco se vale optar por un mismo tono para toda la casa, sino que, dependiendo de la función que vayamos a desempeñar en esa estancia, de sus metros cuadrados, la luz natural que recibe o lo que se quiera conseguir de ella, se debe pintar de un color u otro. ¿Consultamos con el doctor color?
Los tonos cálidos como el rojo, naranja o tierras transmiten varias sensaciones, como calidez, alegría, ganas de hacer cosas... Pero cuidado, no los lleves al extremos ni abuses de ellos ya que puedes obtener un efecto no deseado y propiciar sensación de agresividad y nerviosismo.
El azul, el malva o el verde son colores conocidos como fríos que también evocan emociones como la serenidad, la tranquilidad y el relax. Son ideales para habitaciones donde se quiera obtener calma, pero ojo, si abusamos de ellos podemos caer en la creación de salas un tanto impersonales y hasta deprimentes. Todo en su justa medida y con el acompañamiento del blanco o beige, sería lo ideal.
¿Y para decorar la habitación de los más peques? Los expertos en materia de cromoterapia aconsejan los colores pastel, como el rosa palo, el azul celeste, el beige hueso o el verde mint. estos tonos llamarán a la calma a las pequeñas fierecillas.
En definitiva, en esto de manejar los colores para una decoración que te empodere la clave está en combinar tonos fríos con muebles y complementos de decoración que tengan una gama más cálida o viceversa.
Más trucos para conseguir una casa que mejore tu estado de ánimo
Los olores también son un elemento importante en nuestro estado de ánimo, por eso no debemos olvidarnos de poner velas aromáticas o incienso en nuestro hogar. Tampoco que los olores sean muy empalagosos, dependiendo de la estancia podremos poner olores más frescos como por ejemplo en el cuarto de baño, o incluso olores más afrutados o cálidos como la vainilla en el salón.
Las plantas y flores también tienen que estar presentes en una casa que empodere. Rodearnos de materiales naturales siempre es una buena opción.
Para que siempre reine la sensación de bienestar en casa también deberás escoger muebles y objetos decorativos del tamaño adecuado a cada espacio. Evita llenar habitaciones demasiados pequeñas, sobre todo dormitorios y salas de estudios. Ten siempre presentes tus gustos y si hay algo que te incomoda, quítalo. Evita elementos que no te representan.
Es importante no mezclar nuestra zona de descanso con nuestra zona de trabajo. Evita tener el ordenador o el material profesional en estancias como el salón y dormitorio, pues pueden aumentar nuestros niveles de estrés y no podríamos desconectar de las rutinas laborales.
Si aplicas todos estos tips en tu casa, saldrás ¡a por todas!