Es el momento perfecto del año para disfrutar de una comida con conservas, compotas y salsas aromáticas. Y si además son artesanales, mucho mejor. ¡Te damos ideas y recetas!
La mesa se ha vestido con tejidos y tonos naturales –piedras, musgos, beiges– en armonía con la casa de campo con huerto ecológico donde se miman frutas y verduras, y en la que hemos preparado este delicioso menú.
En el centro de la mesa, cuatro frascos de cristal nos dan la bienvenida y nos invitan a elegir entre cuatro sabores muy naturales: un aromático puré de berenjena, paté de pimiento y almendra, tapenade de aceitunas o pasta de tomate con anchoas y alcaparras. Unas etiquetas escritas a mano y atadas con cinta de cuadros vichy nos descubren el contenido de cada tarro.
Con el acompañamiento de una deliciosa focaccia –recién hecha y también casera–, las salsas de la huerta son solo un aperitivo lleno de sabor y que abre paso a los esponjosos buñuelos de queso de cabra, acompañados de mesclum y una dulce mermelada de higos, recogidos a finales de verano.
Pero la explosión de sabor la descubrimos en el plato principal con un carré de cordero acompañado de un especiado chutney de cebolla roja y pimientos. Esta salsa tiene un sabor deliciosamente amargo y es un aderezo ideal para carnes al horno o a la brasa.
Y para acabar, unas crepes rellenas de compota de albaricoques o de melocotones. Son el perfecto broche final de una comida ecochic, elaborada con frutas y hortalizas cultivadas, recolectadas y cocinadas artesanalmente como se hacía hace 100 años.
Para ver todas las ideas y recetas de esta comida entra en la galería.