Distribución

Para aligerar el espacio de una cocina en L una gran opción es evitar colocar módulos altos y sustituirlos por unos estantes abiertos. No perderás todo el almacenaje, pero el conjunto se verá mucho más liviano. 

Y en el lado en el que hay módulos altos y bajos, planifica también una zona con estantes que ayude a dar un look más ligero a esa pared de la cocina. Los puedes utilizar para tus libros de cocina o como mueble de desayunos. ¡Tu eliges!

Una manera de organizar una cocina cuadrada es planificar los muebles en L. Se trata de una distribución muy adecuada también si en una de las paredes hay una ventana. Incluso puedes hacer como en esta cocina y colocar una pequeña barra adosada a la pared. Para darle mayor amplitud y devolverle la que le quitan los muebles en gris oscuro, la interiorista Carmen Figueras instaló una pared acristalada con puerta corredera. 

Si no quieres renunciar al almacenaje en una cocina en L, coloca módulos altos en uno de los lados, pero deja el otro libre. Si, además, como en esta cocina la pared está bañada por la luz, la luminosidad y la amplitud no se verá comprometida. 

A la hora de planificar la zona de trabajo en una cocina en L, las opciones no son muchas. Lo habitual es colocar el área de cocción y de aguas en un mismo lado, dejando algunos módulos libres como zona de trabajo. Para aprovechar más el espacio, emplea la pared pequeña para la columna del horno y el microondas. 

En una cocina en L y abierta, lo mejor es tratar de panelar todos los electrodomésticos que sea posible. En esta, el frigorífico –en la pared del fondo– está completamente panelado con el mismo diseño que el resto de muebles, pasando completamente desapercibido. A su lado, una vitrina abierta ayuda a aligerar el espacio. 

Y este es el motivo por el que esta cocina se ha planificado con una distribución en L. Además de contar con unas paredes y puertas de cristal que dejan pasar por completo la luz, se ha colocado una cómoda barra de desayunos de madera.

Un truco infalible para ganar espacio y aprovecharlo en un piso pequeño sin hacer obras es pensar. Sí, pensar y analizar mucho el espacio, las medidas y las necesidades para sacar partido con la distribución a los metros que hay. Este es un ejemplo de cómo se saca partido a una estancia pequeña en la que no falta nada.

Bien con una solución de diseño en barra o bien con una mesa adosada a la isla o península de la cocina. El comedor no actúa como transición, en este caso, sino que ocupa un espacio en la cocina para ceder los metros al estar y que este se sienta más amplio. Podrás ganar hueco para sumar un par de butacas a la zona de asientos.

A la hora de pensar cómo colocar dos camas en una habitación pequeña de planta cuadrada, la opción de hacerlo en L o en ángulo con las camas adosadas a las paredes es perfecta. El centro de la estancia queda despejada y es posible acceder cómodamente a los cajones de almacenaje que quedan debajo de los colchones. Como aquí, si necesitas una cama extra, ¡mira hacia arriba que hay hueco!

Las literas infantiles son una opción perfecta para colocar dos camas en una habitación pequeña, sobre todo cuando la altura del techo lo permite. Cuanto más elevado, mejor. Lo más importante es controlar que la altura total de la estructura deja suficiente espacio entre la cama superior y el techo. Tiene que ser posible sentarse en la cama "de arriba". ¿Cómo ganar centímetros en habitaciones bajas? Con un diseño que deja a ras de suelo el colchón inferior. Y si te preguntas, cómo poner dos camas abatibles en una habitación pequeña, con litera-también es posible.

Toma nota de esta idea. En una habitación infantil pequeña con dos camas, si eliges diseños evolutivos (con estructuras que amplían en longitud su tamaño) ganarás centímetros mientras los niños son pequeños. Esto te permite incorporar una zona de estudio o juego, muebles o armarios. Y con el tiempo, "hacer que crezcan" las camas. Quién sabe si en unos años, cambiaréis de casa o separaréis a los hermanos en dos habitaciones.

Si el dormitorio tienen una planta alargada y estrecha, una buena idea para distribuir el espacio es colocar las dos camas en el mismo lado, en línea, adosadas a la pared. Una seguida de la otra, sin espacio entre ellas. El cabecero quedaría en los extremos opuestos para no molestar al dormir con los pies a la otra persona. Esta organización facilita el acceso a las camas, es posible optar por estructuras con almacenaje debajo o crear un frente de armarios. Y, por supuesto, es compatible con la idea de decorar habitaciones juveniles con dos camas abatibles.

Esta toma cenital de una habitación pequeña muestra cómo esta distribución con dos camas en ángulo saca partido al espacio. La zona central queda despejada. Lo ideal es no saturar las paredes. A cambio es posible diseñar a medida estructuras altas que ofrezcan espacio de almacenamiento debajo del colchón con cajones y puertas.

Misma idea de espacio pequeño con dos camas en ángulo, cada una con su estructura que gana en anchura (más de los 90 cm convencionales de una cama individual) para incorporar una zona de almacenaje estrecha a modo de zócalo alrededor de las camas.

Una lámpara de pie con repisa es un accesorio perfecto para colocar entre dos camas en paralelo cuando queda poco espacio entre cada una, pero no se quieren pegar. Ese elemento, que también puede ser un taburete, mesita auxiliar o puf; ayuda a demarcar la zona de descanso de cada una de las personas que usarán las camas.

Una idea para demarcar el espacio de cada cama es colocar entre ellas, colocadas en ángulo adosadas a dos de las paredes de la estancia, una cajonera que no sea alta para dar ligereza. Se convierte así, un único elemento, en la mesita de noche de apoyo para cada cama.

En este dormitorio infantil con techo abuhardillado las camas no levantan demasiado del suelo, lo que permite aprovechar el espacio. Se ganan centímetros sin pegarlas por completo en el centro, de manera que se conciben como independientes. Lo ideal es instalar apliques en la pared o colocar mesitas de noche de poca altura en los laterales exteriores.

Una idea similar a la anterior es la de distribuir dos camas en una habitación pequeña con este diseño. Quedan en L o en ángulo, pero una de ellas gana altura, lo que facilita, por un lado, introducir ligeramente debajo la cama a ras de suelo; y crear una zona de estudio o armarios debajo de la estructura elevada.

Y no nos referimos aquí a únicamente de manera visual. En realidad, imagina esta cocina con un tabique divisorio. La distribución contaría con dos frentes paralelos de muebles. Pero sin tabique delimitador, el segundo frente se convierte en una isla a la que es posible adosar taburetes y convertirla en barra, incluso, ahí se puede ubicar una mesa de comedor.

Los apartamentos ganan mucho cuando se tiran tabiques. En los espacios pequeños las paredes compartimentan en exceso, haciendo más oscuro y angosto cada lugar. Así que en estos casos, anímate a tirar tabiques. Hay razones de peso. Aunque el sofá quede cerca del frente lineal de la cocina en este proyecto de 32 metros cuadrados, imagina el espacio con una pared divisoria entre ambos ambientes. ¡Nada que ver!

Tirar un tabique que separa una galería o tendedero de la cocina es una buena idea para ganar una zona de comedor integrada en este ambiente o, incluso, un cuarto de lavado o despensa. Así que en estos casos, en cocinas rectangulares, por ejemplo, es una buena idea tirar esa pared divisoria.

Un sofá que no apoya en una pared en el salón es un sofá exento. La trasera queda expuesta. Este tipo de distribución encaja en salones cuadrados y en salones grandes, donde hay que delimitar la zona de estar. Puede suceder que el sofá de mayor tamaño apoye en una pared y el estar se "cierre" con otros asientos o que quede en mitad de la estancia.

Cuando el sofá no apoya en una pared en el salón, el mueble que decora esa zona puede ser una librería o estantería, una consola, un aparador, un escritorio… Pero lo importante es que las dimensiones no entorpezcan el paso, ni que el mueble sobrepase en medidas las que marca el sofá, ni en alto ni en largo. Asegúrate de que el mueble queda "dentro" de los límites de la trasera del sofá.

En este salón donde el sofá no apoya en la pared, su ubicación delimita visualmente el estar. A la trasera se adosa una consola alta con cajones (la altura total nunca debe superar la altura del sofá, incluidos los cojines del respaldo). El tipo de mueble debe adecuarse al uso. Consola en el salón o en un recibidor; librería en el salón o con un rincón de lectura cerca; y aparador en el comedor.

Un escritorio es un mueble que seguramente se adapte en dimensiones a la trasera del sofá que no apoya en la pared en el salón. Así que puedes aprovechar y crear un espacio de trabajo que quede delimitado por su ubicación y no tan expuesto a la vista.

Cuando por la distribución del salón el sofá no apoya en la pared, pero queda cerca de otra, que se ubica a la espalda del sofá, con un espacio suficiente de 80 cm, el mueble de menor fondo puede quedar pegado a ese frente, coincidiendo con el largo del sofá. Así se decora y aprovecha sin entorpecer el paso. Se trata de crear el "pasillo" entre sofá y mueble, no entre sofá con mueble adosado y pared.

En el caso de que el salón cuente con una distribución en la que el sofá no apoya en la pared y ese frente cuenta con una ventana o puerta que comunica con el jardín o terraza; el sofá debe separar al menos 30-40 cm para que las cortinas no queden aplastadas por la trasera.

Cuando el salón cuenta con una distribución en la que el sofá no se apoya en la pared, pero lo que se pretende es delimitar de forma marcada dos ambientes, es posible crear un elemento a medida a modo de murete bajo que puede ser de obra o realizado en madera. Aquí, ese elemento recoge los asientos del estar y los separa de la cocina abierta.

Si quieres una decoración original, ¡permítetela con una pequeña reforma! Haz del dormitorio tu refugio especial. Para ello, tira tabiques para ganar espacio, integra con cerramientos de cristal, y crea una distribución única con una cama en mitad de la estancia y cabecero exento que divida espacios. ¡Funciona!

Tanto en dormitorios rústicos como en los de estilo moderno, es importante para lograr una decoración armónica que se tenga en cuenta la posibilidad de integrar una zona de baño y otra de vestidor. Así el uso diario es más cómodo, creando una fluidez de un ambiente a otro que facilite las tareas cada mañana y noche. De nuevo, la funcionalidad está presente.

Como primer mandamiento básico para decorar un dormitorio: adecua la distribución al espacio. A la forma y tamaño de la planta. Y aquí cada uno debe analizar su caso concreto. Lo más importante es que la cama ocupe un lugar central, pero que no cierre pasos ni quede cerca de fuentes de ruido. Importante también que ningún elemento dificulte la proyección de la luz natural.

Añade este mandamiento a nuestra lista para lograr un salón perfecto y bien decorado: los muebles adaptados al espacio en número y tamaño. Si quieres una butaca, pero no cabe; no se pone. Por mucho que te guste. O eliges un sofá pequeño de dos plazas para dejar espacio a la butaca. Se trata de que el tamaño de los muebles y las piezas que decoren el salón estén escogidas para ese espacio en concreto. Los salones más grandes se prestan a muebles de mayor tamaño, incluso más cantidad de elementos; que los salones pequeños. De nuevo, solo de esta manera el espacio tendrá equilibrio y orden.

Hay que decorar el salón perfecto desde "la base". Y esto pasa por escoger la distribución adecuada al espacio, al uso y al tamaño. También teniendo en cuenta la entrada de luz natural o cuáles son las paredes menos ruidosas. El objetivo es buscar la sensación de amplitud (sin muebles que entorpezcan las zonas de paso) y que la colocación de los muebles resulte ordenada. Esa distribución también estará condicionada en tu salón perfecto por el uso: ¿Ves más la televisión? ¿Eres de leer? ¿Te gusta reunirte alrededor de la mesa de centro?

Mobiliario de cocina en Coton et Bois y el pequeño taburete es de Copttage Little House.

Con la misma idea, dos butacas o sillones, un banco o varios pufs pueden delimitar también la zona de estar y marcar el espacio en el salón. La ventaja es que son elementos más ligeros visualmente que el sofá. Y además, puedes jugar con su ubicación según las necesidades que tengas en cada momento.

Cuanto hay una pared en ángulo, esa irregularidad queda disimulada con piezas que evitan las líneas rectas. Por eso la elección de una mesa de comedor circular es un acierto en la distribución de este salón. El estar se resuelve con dos sofás (uno exento que delimita) y una butaca. La mesa de centro también es de sobre redondo.