Antes y después

"Aunque me suele gustar elegir mesas de centro de madera, en este caso opté por dos negras, porque así creaba un hilo conductor con la chimenea, que es una pieza antigua muy bonita. Y, para que no se viera demasiado fría o dura, vestí la mesa de centro con una bandeja redonda de mimbre, que le da calidez".

Buena parte de la transformación de este salón se debe, también, al estilismo, nos cuenta Olga. "Jugamos muchísimo con el estilismo: ramos de verde, la decoración de las estanterías y los textiles. En este sentido, optamos por cojines de tonos azules combinados con colores naturales y toques de negro, siguiendo este hilo conductor con la chimenea y las mesas de centro. Los pequeños detalles hacen mucho para lograr un ambiente cálido y confortable", resume la estilista y decoradora.

"La prioridad a la hora de decorar el dormitorio fue vestirlo y, para ello, me alié con los textiles, con un cabecero a medida de lino, ropa de cama abrigada y con diferentes texturas (terciopelo, lino, algodón, mohair...) y una alfombra de lana a medida para vestir la habitación por capas. En cuanto a colores, he jugado con los beiges, rosas y dorados. Además, aproveché el espacio bajo la ventana para crear la zona de trabajo y de lectura", explica la estilista. ¿Quieres ver el piso al detalle?

¡Descúbrelas!

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La estilista Sol van Dorssen conservó todos los elementos, pero vistió el espacio con los textiles y algunas piezas de mobiliario escogidas, como la banqueta estrecha de madera a pie de cama, o el mueble abierto bajo la ventana que reemplaza la antigua cuna. Además, completó el estor con unas caídas, que arropan más el espacio y le dan elegancia, y un par de cuadros decoran la pared del cabecero. La ropa de cama, que hace más mullida y apetecible la cama, son la brocha de este nuevo dormitorio. 

Tenía los muebles, pero le faltaba todo lo demás. Y es que este dormitorio contaba con un bonito cabecero con una repisa de madera, una mesita de noche capaz  y un estor blanco que tamizaba la luz y vestía el espacio. Pero le faltaba encanto. 

El pasillo es el mismo, pero ¡qué cambio! La clave ha sido, por un lado, derribar el tabique de la cocina y reemplazarlo por un acristalamiento que lleva luz a ambos espacios. Para darle un toque decorativo al pasillo, ideó un arrimadero que suma encanto y viste más el espacio. Y, todo, sin renunciar a la capacidad de almacenaje. Y es que, aunque no lo veas, oculto en este pasillo hay un armario muy capaz para tener la ropa de calle en orden y a mano. No te pierdas el resto de soluciones ingeniosas de este piso. 

Este dormitorio estaba totalmente desaprovechado. Y, además, no resultaba práctico, porque contaba con un mini armario, totalmente insuficiente. 

Nuestra estilista Sol van Dorssen, de Vestir tu casa, transformó ese dormitorio oscuro y poco apetecible en uno luminoso, alegre y muy primaveral. ¿La clave? El juego de colores: blanco, amarillo y un suave, pero cálido topo para las paredes.

Nuestra estilista Sol van Dorssen ha sido la encargada de transformar ese dormitorio desaprovechado y poco práctico en uno súper capaz al que no le falta nada. Y lo mejor, con una inversión low cost, ya que esta estructura, que integra dos armarios en los laterales y cuenta con una estructura tipo puente que salva la cama, se compone de muebles de IKEA.

Este dormitorio tenía espacio y luz, pero el color de las paredes y la elección de un mobiliario oscuro jugaban en su contra, sumiéndolo en una atmósfera apagada y tristona. 

La decoradora Natalia Zubizarreta se alió con el color para rejuvenecer y actualizar este dormitorio pequeño. Conservó el armario, que era de madera oscura, pero lo pintó en blanco y le cambió los tiradores, convirtiéndolo en un armario nuevo.

¡El cambio ha sido radical! La decoradora ha vestido el espacio con los textiles, para hacerlo más acogedor y elegante. Ha elegido un cabecero tapizado rematado con tachuelas y para las cortinas ha optado por un diseño con un faldón decorativo, que las hace aún más estilosas.

Cuesta creer que este moderno dormitorio sea el mismo de antes... Y lo mejor, sin necesidad de tocar ni una pared. La decoradora Pia Capdevila conservó la distribución del dormitorio, pero lo renovó por completo, desde el pavimento –de un tono de madera anaranjada a este suave beige– hasta el mobiliario, que combina laca y madera.

Este salón es una invitación a no salir de casa. Su gran ventanal abre este espacio al paisaje, la madera de alerce que reviste sus paredes le da mucha calidez y crea un ambiente muy acogedor, reforzado por esa escultural chimenea que, incluso en primavera, apetece tener encendida para disfrutar de la magia del fuego.

Con la reforma, no solo salió ganando el salón, sino también el comedor y, sobre todo, la cocina. El comedor se dispuso en paralelo al estar, delimitado visualmente por el sofá y un mueble arrimado a su trasera. Además, se cambió la cocina de ubicación y se acercó a la zona de día. La decoradora abrió un gran cerramiento acristalado a modo de pasaplatos que, además, refuerza la comunicación visual entre las tres zonas. 

La estilista de El Mueble Olga Gil-Vernet se encargó de reformar este piso, al que optimizó al máximo sus apenas 80 m². Aprovechó los metros del salón para organizar el espacio en cuatro zonas: el estar, el comedor, la zona de la tele y el estudio, que a su vez se convierte en habitación de invitados. 

Una de las claves de la reforma fue abrir la cocina al salón. No se abrió del todo, porque la propietaria tenía sus dudas. De hecho, en el caso de querer cerrarla, el murete se puede rematar con un cristal. Pero, además, resulta muy útil, porque, por un lado, permite apoyar los muebles bajos de la cocina y sirve de superficie de trabajo. Y, por el otro, cuenta con un mueble bajito hecho a medida para la TV, con cajones de almacenaje en la parte inferior. ¿Quieres ver el antes y después de todo el piso?

El estar se veía demasiado recargado con tres sofás, que tampoco eran necesarios. Por eso la estilista decidió reemplazar uno de los sofás por dos butacas, más ligeras y versátiles, porque dan más juego al poder moverlas. De terciopelo azul, contrastan con la base neutra del salón y le dan un toque de elegancia. Descubre la transformación de este salón, paso a paso. 

Para que el salón ganara también en practicidad y no se viera tan desangelado como de origen, la estilista se alió con los muebles auxiliares. Una butaca, también blanca, completa el estar y lo cierra visualmente. Equipada con una lámpara de pie sirve de rincón de lectura.  También las plantas de interior y los arreglos vegetales ayudan a sumar calidez a este salón, que ha pasado de ser tristón a acogedor y estiloso. Si quieres ver más al detalle esta transformación, no te pierdas el antes y después de este salón.

¡Qué cambio! Y es que una de las reformas estrella es precisamente cambiar la bañera por una ducha, ya que en el espacio que ocupa una bañera pequeña puedes ganar una súper ducha. Y esto es lo que hizo en este baño la decoradora. Revistió la pared con la misma baldosa blanca tipo adoquín de look vintage de la zona del lavamanos y del murete de los sanitarios, que con su brillo multiplica, además, la luz. 

Este baño era una "obra de arte", según la decoradora Pia Capdevila, porque era de estilo Art déco original, de la época. Revestido absolutamente de mármol –¡incluso las piezas de sanitarios, la bañera o el lavamanos eran de mármol!–, era muy barroco y poco práctico, y no respondía a las necesidades de hoy en día. 

Dos de los objetivos de la reforma eran, por un lado, lograr el máximo de almacenaje y, por el otro, disfrutar de un baño muy cómodo y funcional. Por eso la decoradora planificó un gran mueble de pared a pared y hasta el suelo, para no renunciar ni a un cm de almacenaje. Lacado en gris y con tiradores de hierro forjado es elegante y atemporal. Lo complementó con un espejo tipo cabinet con espacio para guardar.

Con la reforma, Pia buscó conservar la esencia "clásica" del piso, por eso se apostó por un techo con molduras, unas baldosas tipo adoquín y un mosaico que imita el hidráulico como pavimento, pero ganando un baño moderno. Para ganar almacenaje, ideó un gran mueble doble con cajones gaveteros, y lo diseñó volado para aligerarlo visualmente. La base blanca de este baño la rompe la pared azul del lavamanos, a la que se le aplicó un acabado lacado para que la pintura no sufriera.  

Este baño nos lleva a un viaje al pasado. Y es que esas baldosas de aguas y con piezas decorativas de flores eran lo más en los años setenta-ochenta (¡¿por qué?!). Igual que los sanitarios de colores, ¡una moda que ahora ha vuelto! Pero es que además de viejuno, era un baño poco cómodo, con la mini bañera o ese lavamanos de pedestal que ocupa espacio innecesario. 

La decoradora Pia Capdevila ha sabido sacarle el máximo partido a este baño que, aún siendo pequeñito, cuenta con mucho espacio para guardar y una ducha muy cómoda, que aprovecha todo el ancho del baño. Para no recargar el espacio, la decoradora ha elegido un mueble tipo cajonera que, al dejar un espacio libre entre la encimera y el mueble en sí, no resulta tan pesado. El espejo, redondo y con este acabado de laca negra, da personalidad y elegancia a este baño. 

Este baño era para salir corriendo. Oscuro, totalmente anticuado, con una ducha inhabilitada por un armario, con baldosas caídas... Necesitaba una reforma integral para devolverle su función original. 

Sí, es el mismo baño. La decoradora Pia Capdevila lo transformó por completo hasta ganar un baño que, aunque es pequeño, cuenta con una buena ducha y un mueble de baño capaz. Nos gusta especialmente el punto atrevido del color, con este mueble azul a juego con las baldosas tipo mosaico que revisten paredes y suelo. La madera, de la encimera y del marco del espejo, le da el contrapunto cálido al espacio. 

Lo "peor" de este baño no era su look demodé, sino lo mal aprovechado que estaba. Con esta encimera irregular que no resultaba cómoda y sin apenas espacio para guardar. 

De ese baño anticuado y desaprovechado no queda absolutamente nada. La decoradora ha planificado un completísimo mueble doble volado que resulta tan capaz como estiloso, con este elegante color café. La ducha, con su mampara con cuarterones en negro, es cómoda y un activo más de la decoración de este baño, tan personal como práctico. 

En la reforma, el suelo de toda la casa se cubrió baldosas de toba catalana, que se colocaron en espiga para dotarlo de cierto dinamismo y riqueza visual. "El nuevo pavimento,  además de dar un cambio radical a la vivienda, hace sentir que estamos en una casa catalana", cuenta Clara.

La iluminación es otro aspecto que Clara siempre escoge muy meticulosamente: "Es tenue y cálida, siempre en puntos bajos, nunca empotrada. Incluso en la escalera, donde utilizamos las tejas de casas antiguas de alrededor a modo de apliques", explica la interiorista.

En la escalera que comunica las dos alturas de la vivienda, se puede apreciar el tipo de pavimento que cubría todo el suelo. Eran unas losetas efecto mármol que alternaban distintos acabados según la estancia.