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Hygge: el secreto danés de la felicidad y que puedes llevar a tu hogar

Si el 'hygge' de los daneses es lo que hace que sean los más felices del mundo... ¡copiemos descaradamente! Te damos todas las claves

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Para los daneses, tanto la palabra hygge como todas las derivadas forman parte de su vocabulario diario. Es casi una obsesión. Sana, eso sí. Bueno, en realidad, sanísima. Y es que tiene muchísimo que ver con que su país sea el segundo más feliz del mundo, según el Informe de Felicidad Mundial (precedido por Finlandia).

¿Qué es el hygge?

Hygge no tiene una traducción literal, pero vendría a ser algo así como conseguir una sensación de bienestar y confort absoluto. Si le preguntáramos a un danés qué entiende por hygge, probablemente su explicación pasaría por narrarnos una tarde de domingo, abrigado frente a la chimenea con un humeante chocolate caliente. Y sí tiene mucho que ver con eso, pero también con crear atmósferas cálidas, acogedoras, que inviten al relax y en el que las preocupaciones se queden fuera, sin enturbiar esos momento de paz y relax. También se puede disfrutar del hygge cuando no es invierno. Se trata de encontrar la felicidad en casa, pero también el confort y momentos en familia o con amigos que inviten al relax.

Cómo incorporar el Hygge a tu vida

El hygge es muy subjetivo: mientras que para uno se trata de encontrar momentos para compartir con otras personas, para otros es algo que se puede hacer solo. De la misma manera, tampoco está relacionado con el tiempo, aunque es en otoño e invierno cuando estas atmósferas en cálidas y acogedoras en casa se dan de manera más natural.

Para encontrar ese secreto de la felicidad, la clave está en empezar por encontrar momentos para uno mismo, cuidarse y relajarse al margen de las obligaciones diarias. Empieza por encontrar esos pequeños momentos de bienestar para ti. Sí, puedes ser eficiente durante todo el día, pero saca un rato para darte un capricho y sentirte bien. 

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Otra de las claves de este especial movimiento es la búsqueda de momentos para compartir con amigos y familia. Los daneses son de reunirse en casa, ya sea con motivo de una barbacoa, para disfrutar de una película o pasar un buen rato entre amigos. Ahora, no lo conviertas en una fiesta con todos tus amigos. Lo importante es crear reuniones íntimas en las que las conversaciones no se pisen unas a las otras y en el que todo el mundo sea partícipe.

Asimismo, es importante evitar conversaciones que puedan romper con ese estado de relax. Así es mejor evitar conversaciones polémicas o hablar de política. También queda fuera hablar del trabajo, el estrés diario o las prisas. ¿Otra recomendación? Durante esos momentos en los que buscas esas píldoras de felicidad, es mejor que te desconectes de la tecnología. Así que apaga el móvil, la tablet, la tele...

Recuerda que el hygge se trata desacelerar y disfrutar de la felicidad que se esconde en las pequeñas cosas.

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La filosofía hygge también se desarrolla en la cocina. Si recibes invitados en casa, deja que te ayuden a preparar el menú. Los mejores momentos suelen darse en esta estancia, cuando estamos relajados y disfrutando de la mejor compañía y un buen vino. Y, por supuesto, en el salón. Un juego de mesa, los juegos con los más pequeños... La clave está en relajarse y disfrutar del momento con los que más quieres. 

¿Cómo prácticar la filosofía Hygge en tu hogar?

Además de todo lo qye ya te hemos comentado, puedes adecuar tu casa para estos momentos hygge, ya sea solo o en compañía. 

  • Un rincón en el que prime la comodidad: tienes que encontrar tu sitio más hyggekrog (ver abajo en el recuadro de léxico hygge). Puede ser el sofá con unos confortables cojines y una mantita, tu butaca favorita con un reposapiés o incluso ese rinconcito junto a la ventana en la cocina o el salón.
  • Recupera esa vajilla o juego de té antiguos de tu abuela y úsala en tu día a día o cuando vayan tus amigas a casa a tomar un café. O recrea alguna tradición familiar. Esos sentimientos son los que se denominan hyggelig, y te ayudarán a mantener esa conexión con tu pasado y despertar esa dulce nostalgia.
  • La iluminación, clave en los ambientes hygge: si la casa es el epicentro del movimiento hygge, la iluminación es básica para conseguir esa comodidad. Los daneses pasan muchas horas en ella (y sus días tienen menos horas de luz que las que tenemos aquí) así que es aquí donde crean sus atmósferas relajantes. Las velas no pueden faltar eso sí, tienen que ser naturales, sin aromas. En lugar de una luz general, para conseguir ambientes hygge hay que colocar varios puntos de luz tenue (cuanto más baja sea la temperatura de luz, mejor).
  • La calidez del fuego: en la gran mayoría de casas danesas hay chimenea o una estufa de leña. Y no por falta de sistema de calefacción, sino porque les encanta el sonido del crepitar de la leña, la luz del fuego y, sobre todo, la calidez que desprende. Si no tienes una de obra en casa puedes crear una atmósfera parecida con una chimenea de bioetanol que no requiere instalación.
  • Cuida los textiles: el hygge mima todos los sentidos, incluso el tacto. Elige textiles gustosos y mullidos como mantas de pelo, cojines de lana con canalé o trenzada, de punto o con tejido polar. Aunque lisos nunca fallan, los estampados también están permitidos, como por ejemplo los cuadros o el tartán de toda la vida que transmiten esa sensación de cabañita en la montaña.
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  • Crea tu propia jungla urbana: aunque en Dinamarca en invierno la naturaleza prácticamente desaparece bajo el manto de nieve, los daneses necesitan tener cerca el toque natural. Por eso en casa no pueden faltar las plantas de color verde, ¡mucho verde!
  • Suma calidez con la madera: inclúyela en muebles, adornos y todo tipo de decoración, pero en su estado más puro. Los materiales naturales son grandes aliados para crear los mejores interiores hygge. 

Finalmente, no te olvides de reconocer estos momentos hygge tan especiales. Por ejemplo, una tarde con tus amigos en el porche de tu casa, relajados y riendo es un momento hygge. Y sí, tal vez tiene algo de mindfullness, y de slowliving, pero sobre todo se trata de disfrutar de esos pequeños momentos de felicidad, disfrutar delk aquí y del ahora. Y ser conscientes de ellos.

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