Eso de "cuando me toque la lotería reformo la cocina" es un muy típico. Pero lamentamos decirte que las probabilidades de que eso ocurra son mínimas. Y no. No pretendemos tirar por tierra tus sueños. Lo que queremos es hacerlos realidad sin que tengas que esperar a ganar "el gordo". Estrena cocina por muy poco con estas 10 ideas de reforma low cost que te proponemos. Lo mejor: también son muy rápidas. Así que tendrás cocina ¡tan pronto como quieras!
1. Renueva los frentes de los armarios, mantén la estructura
Si buscas un cambio de imagen total de la cocina sin tener que tirarla abajo una buena opción es renovar solo sus frentes. Mantén la "caja" o estructura, sobre todo si está en buen estado, y cambia las puertas de los armarios. Es una inversión mucho menor que renovar por completo el mobiliario, sobre todo si los módulos son estándar. Puedes aprovechar, por ejemplo, para incluir módulos de vitrina en los armarios altos: el cambio será mayor y aligerarás visualmente el conjunto de la cocina.
2. ¿Mobiliario demodé? Píntalo ¡y estrena cocina!
Estás encantado con el mobiliario de tu cocina. Está impecable, casi como el primer día, y nunca te ha dado ningún problema. Ni cantos despegados ni puertas desencajadas. Nada. Pero se ve tan pasado...
Si esta situación te resulta familiar, ¿has pensando en hacerle un lavado de cara? Si no te interesa cambiar el mobiliario de tu cocina, porque es de calidad o porque no quieres asumir el sobrecoste en este momento, siempre puedes renovar su imagen con pintura. Los esmaltes para muebles se pueden utilizar sobre melamina, aglomerados o incluso madera maciza, no es necesario lijarlos y se pueden aplicar directamente sin imprimación. Hay dos tipos de esmaltes:
Acrílicos: Se diluyen en agua y aunque se secan muy rápidamente y no huelen, son menos resistentes que los sintéticos.
Sintéticos: Compuestos por resinas alquídicas y polímeros, son más elásticos y resistentes a los golpes, siendo la opción más sufrida para la cocina.
Aprovecha para cambiar los tiradores, así el cambio de look será completo. Si no coinciden los orificios para atornillarlos con los antiguos, tápalos con masilla, deja secar y lija. Después perfora para los nuevos tiradores. ¡Y cocina nueva!
3. Estrena suelo sin hacer obras
Es posible. Hoy en día son muchas las opciones de pavimentos que no precisan levantar el suelo antiguo para instalar el nuevo. El único condicionante es que el pavimento esté nivelado. Desde la madera y los laminados hasta los cerámicos, la piedra natural o los vinílicos. Sin embargo, es probable que en estos casos debas lijar las puertas y esto conlleva, además, un sobrecoste que variará en función si las puertas son actuales (unos 70 €/por puerta) o recuperadas (unos 100 €/por puerta), ya que en este caso el proceso es más complejo y encarece el precio final.
Si quieres ahorrarte incluso este paso, puedes optar por el microcemento, ya que el grueso del suelo suele aumentar unos 2-3 mm. Debes saber, además, que a menor grosor, mayor es su resistencia, porque cuanto más gruesa es la capa de microcemento, más posibilidades hay que se agriete. Otras ventajas de este pavimento a destacar es que se trata de un suelo continuo, sin juntas, lo que garantiza un fácil mantenimiento; se puede elegir entre una gran variedad de tonalidades (en Topcret tienen 35 colores, pero se pueden hacer variaciones de tono e incluso crear unos personalizados); está disponible en 4 acabados (mate, satinado, brillante y rústico) y puede restaurarse en caso de aparecer grietas. En su contra, es un suelo que se raya y se marca con los golpes. Uno de Topcret puede costar unos 70 €/m2.
Antes de tomar cualquier decisión, no olvides tomar nota de los errores a evitar cuando cambies el suelo.
4. Cambia el color de las paredes
Es una reforma fácil que puedes hacer tú mismo, económica y con un resultado transformador increíble. Basta con pintar la cocina de otro color para que parezca otra. Lo mejor es que elijas una pintura acrílica, ya que es resistente a la humedad y la grasa. Antes de pintar aplica una capa selladora contra la humedad.
5. Pinta los azulejos
¿Tienes baldosas en la cocina y estás cansado de ellas? Si no quieres enfrascarte en obras, puedes pintarlas y verás cómo tu cocina se transforma sin apenas esfuerzo. Lo único que debes tener en cuenta es elegir un esmalte especial para azulejos. Respecto a los colores, valora los tonos predominantes en la encimera o los muebles de la cocina, para que el conjunto se vea más integrado. Si dudas, una opción que nunca falla es el blanco: es luminoso, visualmente "higiénico" y nunca pasa de moda.
6. Renueva la encimera y transforma la cocina
Te sorprenderá ver cómo cambia la cocina con solo cambiar la encimera. Las posibilidades son enormes, así como el abanico de precios. Lograrás un presupuesto más ajustados si consultas las ofertas de las grandes superficies, como Leroy Merlin o Ikea.
Madera: Es la opción más cálida, pero también la más delicada, ya que es sensible al agua, los golpes y las rayaduras. Cuánta más densidad tenga, más resistirá la humedad y los cortes, pero el precio se disparará.
Piedras naturales: Son uno de los materiales más solicitados para la encimera por su singularidad (no hay dos piezas iguales), dureza y longevidad. Además, el abanico de colores es muy amplio y puede escogerse en acabado pulido (totalmente liso) o bien flameado (rugoso). Si optas por el mármol, debes saber que es más delicado a las manchas, al ser un material poroso.
Cuarzo compacto: Estas encimeras son el resultado de un proceso industrial donde se mezclan partículas de cuarzo natural con resina de poliéster, obteniendo un aglomerado de gran dureza. Son fáciles de limpiar y presentan una gran variedad de colores. El único "pero" es que pueden ser sensibles a las altas temperaturas.
Porcelánico: Son encimeras uniformes, muy fuertes, duraderas y resistentes al calor directo, manteniéndolas siempre como el primer día y protegiendo sus colores. Además, son resistentes a la absorción de agua y a todo tipo de manchas y agentes corrosivos.
Acero Inoxidable: Es impermeable, resistente a los golpes y a las altas temperaturas. Sin embargo, no es aconsejable elegir un acabado pulido porque las rayaduras serán inevitables. Si buscas una estética industrial, no lo dudes. Sin embargo, es una opción bastante cara.
7. Instala un antepecho: decora y protege las paredes
La zona de los fuegos suele ser la más sufridas de toda la cocina. La mejor solución para protegerla de la grasa y las salpicaduras es con un antepecho. Si también estás pensando en renovar la encimera, puedes elegir ambos elementos a juego. En cualquier caso, los materiales más habituales por sus buenas prestaciones son el acero o los sintéticos. Si quieres una opción más original, decántate por un frente de vidrio tintado o serigrafiado.
8. Refuerza la iluminación: ¡y se hizo la luz!
Una iluminación acertada hará que tu cocina parezca otra. Plantéate cambiar las fuentes de luz por Leds. Lo notarás de inmediato en la factura eléctrica, ya que el ahorro en energía es notable, además su vida útil es mucho mayor (ronda las 50.000 horas), por lo que la inversión inicial se amortiza rápidamente (una bombilla Led de calidad ronda los 20 €).
También puedes instalar unas regletas de Led debajo de los armarios altos de la zona de trabajo de la cocina. Es tan fácil que puedes hacerlo tú mismo.
9. Renueva la grifería y ahorra
No lo dudes: es un cambio imprescindible. Todo son ventajas: dará una personalidad nueva a tu cocina, no supone un gasto excesivo, es fácil de instalar y, lo más importante, te ayudará a reducir el consumo de agua. Y es que las nuevas generaciones de griferías incorporan dispositivos que pueden reducir el consumo de agua en un 50%.
10. Jubila los estores
¿Aún tienes estores en la cocina? Cambínalos por unos screens y verás cómo tu cocina adquiere un look más actual. Pero no solo se trata de una decisión estética, sino también práctica. Su tejido, fabricado con hilos de fibra de vidrio recubiertos de PVC, no se deforma ni se decolora por el sol y basta un paño húmedo para mantenerlo en perfecto estado. Además, apenas ocupan espacio, siendo una opción perfecta para pocos metros. Y cerrados permiten pasar entre un 50 y un 100% más de luz que un estor convencional. ¿Aún te faltan razones para decidirte?