"Quería tener el cielo en casa”. Este ha sido el principal objetivo de Dörte Wehmeyer, la escultora y propietaria de esta estupenda casa frente al mar, a la hora de diseñar su salón. El techo del espacio central –el comedor– está completamente acristalado. Los tonos del salón en blancos, crudos y marrones potencian la relación con el entorno luminoso y rocoso de la costa.
El comedor, situado en el eje central del salón, tiene unas vistas que parecen más propias de un barco que de una casa: primero te cautiva la piscina, sin bordes; más allá, la inmensidad del mar. La estancia se diseñó para resaltar el paisaje, enmarcado desde el interior por los vanos de formas puras y rectas.
Las zonas de asientos y relax, descansan a lado y lado del comedor: un pequeño espacio de lectura, una mesita baja para tomar el té. No hay barreras ópticas entre rincón y rincón, ni tampoco hacia el exterior, y los muebles, en coherencia con la arquitectura y el entorno, son discretos y justos, de madera o de mimbre.
¿Te has fijado en como Dörte convierte dos cojines en dos asientos? ¡Prueba a tomar el té sentada a la japonesa! Tu espalda te lo agradecerá.
Dörte ha dividido el salón en un comedor, una sala de relax y lectura y un pequeño espacio para encuentros informales alrededor de una mesa baja... ¿Qué hubieras hecho tú con un espacio así? ¡Explícanoslo en los Comentarios!